El químico ruso Dmitri Mendeléyev, (1834-1907), se convirtió en uno de los mayores genios de la historia. Esta consagración fue debida a su trabajo relacionado con la periodicidad de los elementos.
Mendeléyev realizó estudios sobre las propiedades de los elementos y sus masas atómicas. En 1869, empezó a coleccionar toda la información relevante acerca de los elementos conocidos en la época, en la forma de un manual. Los datos fueron registrados en tarjetas, que fueron fijadas en la pared de su laboratorio y, conforme observaba alguna semejanza, cambiaba la posición de las tarjetas. En medio a la secuencia de tarjetas existían espacios vacíos y Mendeléyev comprendió que tales lagunas eran destinadas al descubrimiento de nuevos elementos, en el futuro.
La organización de los elementos fue presentada a la comunidad científica por Mendeléyev y dio origen a lo que hoy conocemos como tabla periódica, en el que los elementos están colocados en hileras horizontales, según a las masas atómicas crecientes, y también en columnas verticales, con elementos de propiedades semejantes.
La previsión de Mendeléyev con respecto a las propiedades de los elementos a ser descubiertos era cierta. La prueba concreta surgió con la llegada de los elementos Galio (Ga) y Germanio (Ge). Ellos fueron posicionados en la tabla, justamente donde Mendeléyev preestableció, es decir, sus propiedades ya eran conocidas.
