Diversos fenómenos cotidianos, relacionados con los gases, tienen relación con dos propiedades muy importantes, que son la difusión y la efusión.
El aire que respiramos es una mezcla de gases, siendo que los principales son el gas nitrógeno y el gas oxígeno. Veamos algunos ejemplos de difusión de gases a través del aire que ocurren en nuestro cotidiano:
- 1) Sentimos olor del gas al intercambiar el cilindro.
- 2) Una persona perfumada entra en un local cerrado y todos sienten el olor.
- 3) El humo desprendido de la chimenea de las fábricas o del escape de los automóviles se dispersa por el aire y, con el tiempo, no conseguimos más distinguirla.
- 4) Toda la nevera queda con un olor desagradable cuando hay alguna comida estropeada dentro de ella.
- 5) Cuando alguien está fumando en un ambiente cerrado, todos sienten el olor desagradable.
- 6) Esencias aromáticas y velas perfumadas dejan todo el ambiente con un olor agradable.
- 7) Sentimos el olor de un perfume, de aromatizantes y de velas perfumadas prque algunas de sus moléculas escapan, difundiéndose por el aire. Sentimos el olor de un perfume, de aromatizantes y de velas perfumadas por algunas de sus moléculas escapan, distribuyéndose por el aire.
En todos estos casos, tenemos un gas que se separa por otros gases (del aire). El resultado es una mezcla de gases, que siempre será homogéneo.
Ya la efusión de gases es una especie de difusión, pues se refiere al movimiento espontáneo de las partículas de un gas a través de uno o varios orificios, yendo en la dirección de un ambiente con presión menor.
Por ejemplo, observamos que un balón con el tiempo puede estropearse en función de su calidad. Esto es porque el gas dentro del globo termina liberándose por pequeños orificios provocados en el caucho.
Balón desinflado, ejemplo de efusión de los gases
Visto que el movimiento de un gas está relacionado a la energía cinética, cuanto mayor sea la temperatura, mayor es la energía cinética. Entonces concluimos que cuanto mayor sea la temperatura del gas, mayor será la velocidad de difusión y efusión.
Pero, ¿qué sucede cuando la presión y la temperatura de los gases son iguales? ¿Cómo sabemos cuál es la velocidad de difusión? La respuesta fue dada por el químico escocés Thomas Graham (1805-1869).