La función principal del FBI es monitorizar las actividades ilegales en el territorio estadounidense mientras que, en el caso de la CIA, consiste en alertar al gobierno americano, de las amenazas extranjeras, tanto armadas (terrorismo, ataques de naciones hostiles) como político-económicas.
Las principales preocupaciones de los agentes del FBI son: el terrorismo en territorio nacional, la actuación del crimen organizado y el tráfico de drogas, los delitos cibernéticos y los crímenes de guante blanco (bolsa de valores, financieras, corrupción política o gubernamental…). El FBI igualmente trabajo en cooperación con otras agencias fuera del país para intentar detener las actividades criminales en todo el mundo.
Las historias de los agentes federales empezaron en 1908, cuando nueve detectives y varios contadores fueron contratados para investigar un fraude masivo durante un periodo de rápida expansión en los Estados Unidos. Desde entonces, el FBI ha investigado innumerables casos, entre ellos están los casos famosos de Al Capone, Bonnie y Clyde y el brutal asaltante de bancos John Dillinger.
Diferenciaciones entre ambas agencias
El FBI (Federal Bureau of Investigation) es una especie de la Policía Federal de los Estados Unidos, una agencia gubernamental que tiene la función de amparar la ley a través de la investigación de violaciones de la pena federal. Mientras, al contrario de lo que algunos piensan, el FBI no es un departamento de policía nacional sino una jurisdicción diferente para ciertos tipos de crímenes administrada por el Fiscal General de los Estados Unidos. Creada el 26 de julio de 1908 por el promotor público Charles Joseph Bonaparte, el FBI es considerado la mayor agencia policial del mundo contando con 30.000 funcionarios y actuando sobre 60 países.
De una manera muy sencilla, la CIA (Central Intelligence Agency) es el servicio de inteligencia estadounidense, cuyo papel es recolectar informaciones de fuentes humanas, evaluar si esas amenazas representan un peligro para la seguridad nacional, además de informar a los responsables para tomar las medidas oportunas.
El servicio de inteligencia de EE.UU. fue creado originalmente para satisfacer una necesidad estratégica debido a la Guerra Fría y la expansión del comunismo. En la actualidad, la CIA perdió parte de su importancia, ya que su trabajo es limitado a la investigación de fuentes humanas; la obtención de información a partir de las señales de comunicación (SIGINT) es la tarea de otra agencia, la NSA.
La CIA mantiene prohibida por ley la tarea recabar información sobre las actividades nacionales de los ciudadanos estadounidenses, labor ocupada por el FBI.
Si bien el intercambio de información entre el FBI y la CIA podría ser algo común, existen diferencias importantes entre los órganos. El mayor de ellos es que, mientras que el FBI tiene un papel importante dentro de los Estados Unidos, la CIA, concentra la mayor parte de su trabajo en el extranjero. Esta distinción, sin embargo, se ha vulnerado en repetidas ocasiones.