El ‘Día Mundial del Agua’ (DMA) se celebra en todos los países del mundo el 22 de marzo. La fecha fue establecida por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el 22 de febrero de 1992, con el fin de alertar a la población mundial sobre la preservación de los recursos naturales, y en especial del agua.
En el momento en que la ONU lanzó la ‘Declaración Universal de los Derechos del Agua’, documento compuesto de 10 artículos, que se centran en la condición esencial del agua para el planeta Tierra y la continuidad de la vida. Destaca por tanto la importancia de la conciencia ambiental de todas las personas, y que los recursos hídricos del planeta deben ser preservados y protegidos.
Por lo tanto, en virtud del artículo 4 del documento: ‘El equilibrio y el futuro de nuestro planeta depende de la preservación del agua y sus ciclos. Estos deben permanecer intactos y funcionando normalmente para garantizar la continuidad de la vida en la Tierra. Este equilibrio depende, en particular, de la conservación de los mares y océanos, donde los ciclos comienzan‘.
Sin embargo, la elección de un día dedicado a este gran patrimonio natural del mundo, pone de relieve su importancia en la vida de las personas, así como la necesidad de aumentar la conciencia de cuidar y conservar este bien tan valioso, que desde hace mucho tiempo viene siendo explotado indiscriminadamente por el ser humano.
Problemas tales como la urbanización, la construcción de carreteras, las industrias, la construcción de presas, la deforestación, la agricultura y la expansión ganadera, afectan significativamente el medio ambiente, comprometiendo diversos recursos naturales renovables y no renovables, trayendo desequilibrios en el suelo, el agua y el aire.
Ejemplos de ello son la contaminación del agua (ríos, mares y océanos), que no sólo afecta al ser humano (agua impropia para consumo), al igual que todos los ecosistemas, que pueden conducir a la escasez de agua, la extinción de especies y el desequilibrio ambiental.
