El despotismo ilustrado fue una forma reformista de gobierno característica de Europa apoyada por los principios de la Ilustración. Fue desarrollado en Europa oriental, donde la economía sufrió un retraso y la burguesía era demasiado débil o inexistente.
El despotismo ilustrado trató de acelerar la modernización de algunos países y aumentar así su poder y prestigio con el fin de debilitar a la oposición a su gobierno. Sus defensores argumentaron que gobiernan en nombre de la felicidad de los pueblos.
Muchas de las reformas promovidas por los déspotas ilustrados fueron de corta duración. La mayoría fueron anuladas por sus sucesores.
Los déspotas ilustrados más significativos fueron:
- Federico II: fue el principal déspota prusiano, que reformó el sistema penal, abolió la tortura practicada por su padre, fundó escuelas para promover la educación, incrementó la producción cultural, alentó a los comerciales e industriales y decretó la tolerancia religiosa.
- Catalina II de Prusia: se hizo cargo de las escuelas extranjeras y de construcción rusa, hospitales, reforma y modernización de las ciudades, hace más eficiente el gobierno y limita la acción de la iglesia.
- José II: fue emperador de Alemania y abolió la esclavitud y la tortura, la secularización de sus bienes, fundó escuelas, hospitales y asilos, otorgó la libertad de culto a todas las creencias religiosas, desarrolló impuestos en el clero y la nobleza, limitó las vacaciones y las peregrinaciones, y convirtió el idioma alemán en obligatorio.
- Marqués de Pombal: conde portugués que inició reformas sociales, económicas y administrativas, desarrolló el comercio colonial, estableció exención de impuestos sobre las exportaciones, fundó el Royal Bank, expulsó a los jesuitas de Portugal y modernizó el ejército.