El dengue se clasifica como una virosis, es decir, una enfermedad causada por los virus. El virus se transmite a una persona sana a través de la mordedura de la hembra infectada del mosquito Aedes aegypti.
Esta enfermedad puede manifestarse de dos formas: el dengue clásico y el dengue hemorrágico.
Dengue clásico
Los síntomas son más leves. El paciente tiene fiebre alta, dolores de cabeza, dolores en la espalda y en la zona anterior de los ojos. La fiebre comienza a bajar a partir del quinto día y los síntomas a partir del décimo día.
En la forma clásica las complicaciones son raras aunque algunos enfermos pueden presentar sangrados leves en la boca y también en la nariz.
Dengue hemorrágico
El dengue hemorrágico sucede con la persona es contaminada por segunda vez. En este caso, la enfermedad se presenta aún más severa. Dentro de los cinco días de los síntomas iniciales son similares a los del tipo clásico. Sin embargo, a partir del quinto día, algunos pacientes pueden experimentar hemorragias (sangrado) en varios órganos del cuerpo y shock circulatorio. También se puede producir vómitos, mareos, dificultad para respirar, dolor abdominal grave y presencia de sangre en las heces. Sin la vigilancia médica y el tratamiento adecuado, el enfermo puede morir.
Es en el verano que esta enfermedad tiene un aumento del número de víctimas, porque las condiciones de reproducción de mosquitos son excelentes. En esta época del año, las altas temperaturas y altas precipitaciones, aumentan y propician el hábitat ideal para la cría de Aedes aegypti.
El agua estancada, latas, basura acumulada, neumáticos viejos, vasos de plantas, cajas de agua y otros lugares de este tipo son usados para la hembra de este insecto depositar sus huevos. Otro factor que convierte los grandes centros urbanos locales en preferidos es la gran cantidad de su principal alimento: la sangre humana.
Puesto que no hay formas de detener completamente el mosquito, la única manera de combatir la enfermedad es poner fin a los lugares donde la hembra se reproduce. Esto es, mejorar el estado de las calles.
Tratamiento
En el caso del dengue clásico, no hay ningún tratamiento específico. Los síntomas se tratan con descanso y dieta basada en frutas, verduras y líquidos. Los pacientes no deben tomar analgésicos o bases anti-térmicas con ácido acetilsalicílico (por ejemplo, aspirina) porque favorecen la aparición y el desarrollo de la hemorragia en el cuerpo.
En el peor de los casos, la hemorragia, requiere una estricta vigilancia médica, debido al potencial de empeoramiento, con la pérdida de sangre e incluso shock circulatorio.
Curiosidades
- El huevo del Aedes aegypti puede sobrevivir en un ambiente seco durante casi un año. Si en este tiempo se pone en contacto con agua, puede nacer un gusano, y poco después, el mosquito.
- El dengue no pasa de persona a persona, ni tampoco a través de frutas, verduras u otros alimentos o uso de objetos.