Cuenca es una zona donde hay drenaje de agua de lluvia para un flujo determinado (generalmente un río). Con el terreno en pendiente, el agua de diversas fuentes cae en un río en particular formando así una cuenca. Así, una cuenca hidrográfica es formada por un río principal (o varios) y un conjunto de afluentes hacia ese río.
Una cuenca hidrográfica es una zona donde toda la lluvia que cae corre por riachuelos y ríos secundarios hacia un mismo río principal, localizado en un punto más bajo del paisaje, siendo separado por otras cuencas por una línea divisoria llamada divisor de aguas.
Es el lugar donde se planifican los recursos hídricos de una región determinada. Los comités de cuencas hidrográficas se encargan de su uso, conservación y recuperación.
Generalmente, el agua fluye desde los terrenos más altos a los más bajos (descendente) y la formación de la cuenca sucede por el desgaste que el agua realiza en el relieve de la zona específica, pudiendo resultar en diversas formaciones geológicas: valles –depresiones en las montañas– pero también llanuras más o menos largas con mayor o menor cantidad de agua.
Es importante saber que al adoptar la cuenca hidrográfica como unidad de gestión de los recursos hídricos se define el espacio geográfico de la actuación que ayuda a promover la ordenación del territorio, a controlar las fuentes de captación de la cuenca y a discutir con diferentes personas y sectores las soluciones para los conflictos. Vale destacar también que la cuenca hidrográfica está relacionada al espacio físico y no político, es decir, generalmente sobrepasa la frontera de municipios e, incluso, países como sucede con la Cuenca del Amazonas.
La utilización del agua de un río implica el respeto de ciertas normativas legislativas. Su protección constituye una obligación para todo individuo o grupo social que se beneficia de su explotación. Esta cuestión no debe ser desatendida por la sociedad ni por el Estado implicado.