Antes se creía que los sueños ocurrían únicamente en fracciones de segundos. Hoy sabemos que en realidad duran un tiempo real en nuestra mente, es decir, se producen a la misma velocidad en la que soñamos. Cada sueño puede durar desde unos pocos segundos hasta una hora.
Los sueños ocurren durante el período llamado REM (Rapid Eye Movement), llamado de movimiento ocular rápido. Un sueño normal en promedio dura de 10 a 40 minutos, siendo como mínimo de varios segundos. En cuanto a su contenido, el enredo de un sueño está relacionado con nuestros miedos, preocupaciones y deseos.
Algunas personas piensan que no sueñan, pero es un hecho incorrecto y poco preciso. De hecho, todos soñamos aunquesolamente recordamos un sueño cuando despertamos en medio de él.
Naturaleza de los sueños
El sueño es una experiencia de la imaginación inconsciente durante nuestro período de sueño. Recientemente, se ha descubierto que los bebés aún en el útero experimentan la fase REM. En diversas tradiciones culturales y en la Santa Biblia, el sueño parece tener poderes premonitorios camuflados. José, el soñador, es la figura que hace hincapié en el sueño en la Biblia.
Pero fue en 1900, con la publicación de La interpretación de los sueños, que Sigmund Freud (1856-1939) dio carácter elitista a la materia. En su obra controversial, Freud toma lo que había sido publicado previamente para hacer inversión en una nueva materia, definiendo el contenido del sueño como cumplimiento de los deseos. Para el padre del Psicoanálisis, en el enredo onírico existe un sentido manifiesto (fachada) y un sentido latente (significado), este último muy importante para su revelación. La fachada sería una proyección del Superyó (el sensor de la psique que selecciona aquello que se hace consciente de los contenidos inconscientes); el sentido latente opera con símbolos y requiere de una interpretación ágil para revelar el deseo del soñador tras la apariencia fragmentada de la narrativa.
Carl Jung (1875-1961), quien leyó sobre la interpretación de los sueños y estaba muy entusiasmado con el tema, tuvo un papel más amplio de los sueños, indicando que no apenas revela deseos ocultos sino que consiste en una herramienta utilitaria de la psique para equilibrarse mediante compensación. En otras palabras, una persona puede soñar con figuras femeninas masculinizados que tratan de demostrar al soñador la necesidad de un cambio de actitud. En la búsqueda del equilibrio, personajes arquetípicos (con patrones generalizados) interactúan en los sueños de un conflicto que tratan de llevar a los contenidos conscientes del inconsciente. Entre estos personajes se encuentra el ánima (fuerza femenina en la psique de los hombres), el animus (fuerza masculina en la psique de las mujeres) y la sombra (la fuerza que alimenta los aspectos inaceptables de nuestra personalidad). Este último, en los sueños, son los villanos. Un aspecto muy relevante en atentar nuestros sueños, siguiendo la línea de Jung, es saber cómo el soñador, protagonista del sueño (que representa el ego) lidia con las fuerzas malignas (la sombra), para averiguar cómo, en la vida despierta, la persona enfrenta las adversidades, la autoridad y la oposición de ideas. Jung apunta los sueños como fuerzas naturales que ayudan en el proceso de individuación.
A diferencia de Freud, la parte absurda de los sueños, en Jung no sería una fachada, sino la forma del inconsciente para expresarse. Para el maestro suizo, diferenciamos entre los sueños comunes y aquellos arquetípicos de gran poder revelador. La interpretación de los sueños es una herramienta fundamental en la psicología analítica desarrollada por Jung.
Por supuesto, hay otras corrientes, que ven el sueño de manera diferente. Los neurocientíficos generalmente afirman que el sueño es sólo un poco de información basado en el tráfico de datos inútil utilizado para mantener el cerebro en orden durante su reposo. Esta teoría no explicaría cómo esos fragmentos, supuestamente inconexos, son responsables de revelaciones, como en varios casos famosos. Thomas Alva Edson, que estaba desarrollando el fonógrafo y dormía poco, cierta vez soñó con la manivela, finalizando su proyecto en 1877. El beatle Paul McCartney soñó con una melodía, despertó, fue para el piano y compuso ‘Yesterday’, uno de los mayores clásicos musicales de todos los tiempos. Existen otros muchos casos de sueños reveladores en varias áreas del arte y la ciencia. Esta situación sin consenso, sin embargo, no impide que los sueños sirvan también para recuperar la salud del organismo y del cerebro.
Ya en los sueños premonitorios, controvertidos por sus implicaciones en la parapsicología, Jung señaló que el inconsciente, mucho más antiguo que la conciencia, tiene su propia manera de interpretar la realidad. A menudo la inconsciencia tiene sus propios medios de interpretar la realidad y hacer consciente aquello que ya existe inconscientemente. Para él, los sueños fugan información hacia la consciencia, lo que da la impresión de haber tenido una premonición. La ciencia discute cada vez más seriamente la cuestión de las dimensiones espacio-tiempo y sus deformaciones. Siguiendo la línea de pensamiento junguiano no se sabe si, a través del sueño, es posible tener acceso a contenidos de otro espacio temporal.
