Las cruzadas fueron expediciones militares estimulada por la iglesia católica y organizadas mayoritariamente por los nobles cristianos en el siglo XI, durante la crisis del sistema feudal. Convocados por el Papa Urbano II en 1095, tenían la intención de liberar el dominio musulmán turco principal de Tierra Santa (Jerusalén) y reconstruir la unidad católica en el Oriente, que decayó con el cisma de Oriente en 1054. La Iglesia fue activa en controlar el expansionismo de su religión por toda Europa.
Sin embargo, más allá de la inclinación religiosa, otros factores han contribuido al brote de este momento histórico. El interés económico en algunas regiones del Oriente, necesidad de exportar la miseria como resultado del crecimiento poblacional, canalización del espíritu guerrero de nobles para Oriente y la peregrinación cristiana son los constituyentes el trasfondo de las Cruzadas. Los cruzados fueron soldados con una cruz bordada en el uniforme como emblema.
El concepto de guerra santa abrió prerrogativa para la iglesia legitimar la causa de la peregrinación. Después de la convocación de los creyentes, muchos campesinos entraron en el combate por la promesa de que recibirían reconocimiento espiritual y recompensas de la iglesia. También hubo la participación de los tres reinos principales de la época: Francia, bajo el mando de Felipe II; Inglaterra, con Ricardo Corazón de León y el Reino germánico, con Federico I Barbarroja.
Con la derrota de la Primera Cruzada, fue establecida la Orden de los Templarios con el objetivo de la participación militar en el siguiente combate. Solamente la sexta campaña de ocho enfrentamientos (1128-1229) ocurriría pacíficamente. La relación religiosa entre Oriente y Occidente quedó desgastada y empeoró con el curso de las batallas.
La ambición desenfrenada entre católicos y musulmanes duró aproximadamente tres siglos (XI a XIV). Dejó miles de muertos, incluyendo numerosos niños que participaron en la guerra. Las consecuencias estuvieron marcadas por la intensa destrucción.
Los principales hechos en virtud de las cruzadas fueron: desarrollo del comercio entre Occidente y el Oriente, ocasionado por la reapertura del mar Mediterráneo; empobrecimiento de los señores feudales, fortalecer el poder real y el renacimiento urbano y comercial.