El copaiba es un árbol de la familia de las leguminosas, encontrado en la región tropical de América Latina y África occidental. En Brasil, la especie más conocida es la Copaifera officinalis, típica de la Amazonía.
La planta tiene gran tamaño, pudiendo llegar a 45 metros, y es bastante conocido por su eficacia en las cicatrizaciones y como antiinflamatorio. En cuanto a su capacidad antiinflamatoria, su potencial fue constatado en investigaciones que concluyeron que su acción es dos veces mayor que la del diclofenaco sódico, uno de los fármacos más utilizados para este propósito.
Además de estas dos propiedades, su aceite, material resinoso tomada desde el tronco por medio de una incisión, se utiliza en la industria europea como materia prima de aromas, barnices y restauración de pintura. En medicina popular, todavía es solicitado como diurético, laxante, antitetánico, antiblenorrágico, antirreumático, antitusivo, antiséptico del aparato urinario y cicatrizante. Es comprobado, aun, su poder de combatir el bacilo del tétanos y el crecimiento del protista Trypanosoma cruzi.
Una curiosidad es que los indios amazónicos utilizan el aceite para ungir el cuerpo después de luchar como una manera de curar sus heridas, probablemente de la observación del comportamiento de los animales que, cuando son heridos, se restriegan en los troncos del árbol.
En otros estudios, a partir sustancias sintetizadas en laboratorio a partir de componentes aislados de copaiba descubrieron que posee acción contra nueve cepas de cáncer y tuberculosis, con acción inhibidora o exterminadora de células enfermas. Fue descubierto también que tiene propiedades antitumorales. El mismo órgano es responsable por la creación de una crema vagina contra el virus del papiloma humano, visto que el aceite actúa como un activador del sistema inmunológico contra este mal. Se continúan los estudios sobre la toxicidad de la sustancia para el tratamiento de estos males a largo plazo.
Para concluir, y hablando acerca del biodiesel: el aceite de copaiba es utilizado hace mucho tiempo por barqueros del río Amazonas como sustitución del aceite diesel y se probaron en motores movidos a diesel en jeeps Toyota durante dos años con éxito y sin daño en los motores.
Debido a su popularidad, el árbol corre riesgos de sobreexplotación debido al manejo ecológicamente insostenible para atender a las demandas internacionales de productos derivados.
