El presente contexto abarca la toxicidad del metal mercurio, considerado metal pesado por su acción dañina para el hombre. Lo que hace de este metal tan peligroso es que una vez presente no puede ser eliminado, él se infla por las vías respiratorias del individuo y se deposita en las glándulas sudoríparas y salivares, tiroides, tracto gastrointestinal, hígado, pulmones, páncreas, riñones, testículos, próstata y cerebro.
Permanezcamos atentos a las diferentes formas de contaminación por mercurio:
- 1. La contaminación más frecuente ocurre por el desecho indebido del metal pesado en ríos y lagos. Una vez que el mercurio constituye un contaminante en el agua queda imposible eliminarlo. Las grandes responsables por este tipo de contaminación ambiental son industrias que utilizan el mercurio en sus procesos, como por ejemplo, las metalúrgicas, las industrias de pinturas y de plásticos PVC.
- 2. Otro factor responsable por la exposición del metal pesado en la naturaleza es el descarte incorrecto de componentes de los teléfonos celulares, dado que el mercurio se hace presente en el visor de estos aparatos y también en las baterías.
Podemos evitar que el ambiente donde se vive quede contaminado por mercurio. Basta depositar los móviles a desechar en los lugares específicos para su recolección.
Todo cuidado es poco cuando se lidia con un metal que puede ocasionar la muerte cuando es presente en grandes cantidades en el organismo. Los efectos colaterales resultantes de la ingestión de mercurio son perceptibles ya en el primer momento (fiebre, escalofríos) y se encaminan hacia síntomas más graves, pudiendo llevar al edema pulmonar, anuria (reducción de la secreción urinaria) y diarrea sanguinolenta.