La contaminación del mar se debe a que tanto los océanos como los océanos reciben todos los días, en todo el mundo, una gran cantidad de contaminantes como el alcantarillado, residuos sólidos industriales, que son transportados por los ríos que desembocan en el mar.
Estimaciones revelan que cerca de 14 billones de basura son acumuladas en los océanos todos los años. Otra práctica que contribuye a la contaminación marina son los buques petroleros y los oleoductos, pues pueden causar contaminación de las aguas cuando ocurren fugas y cuando los tanques de las embarcaciones son lavadas, ya que el agua sucia, mezclada con petróleo, es lanzada al mar; ese tipo de vertido o derrame petrolífero es conocido como marea negra.
La inmensa cantidad de sustancias vertidas en los océanos produce la aparición de organismos que perjudican el desarrollo de la vida marina y también ponen en peligro el porcentaje de los alimentos.
Un modelo de contaminación extremadamente degradante se produce en el litoral japonés, Mar del Norte, una de las áreas de mayor concentración industrial del mundo. Ese litoral es receptor de millones de toneladas de los más variados tipos de basura, aunque los océanos tengan la capacidad de regenerarse, la cantidad es tan grande que queda prácticamente imposible hacer una recomposición, pues mucho de los detritos lanzados no son biodegradables.
El alto nivel de concentración de sustancias afecta la producción de oxígeno y el plancton, que son responsables de la producción de aproximadamente el 40% de nuestro oxígeno.
Es importante destacar que los océanos no están separados, ello significa que las contaminaciones están globalizadas así como sus impactos.