La contaminación atmosférica es la contaminación de la atmósfera por residuos o productos secundarios gaseosos, sólidos o líquidos, que pueden ser dañinos para la salud de los seres humanos, provocar daños en plantas, atacar diferentes materiales, reducir la visibilidad del medio y producir olores desagradables.
Cada año, los países industriales generan millones de toneladas de contaminantes. Los contaminantes más comunes y ampliamente dispersos son el monóxido de carbono, el dióxido de azufre, el óxido de nitrógeno, el ozono, el dióxido de carbono o las partículas en suspensión. El nivel de contaminación se mide por la concentración de contaminantes (microgramos por metro cuadrado de aire o, en el caso de los gases, el número de moléculas por millón de moléculas de los contaminantes de aire).
Muchos contaminantes tienen fácil identificación. El dióxido de azufre, por ejemplo, proviene de centrales eléctricas que queman carbón o aceite. Otros se forman por la acción de la luz solar sobre materiales reactivos previamente emitidos a la atmósfera. Por ejemplo, el ozono (un contaminante peligroso que es parte de la contaminación), se produce por la interacción de hidrocarburos y óxidos de nitrógeno bajo la influencia de la luz solar. El ozono también ha causado muchas pérdidas en los cultivos. Además, el descubrimiento, en los años 80, de que algunos contaminantes atmosféricos como el clorofluorocarbono (CFC), están produciendo la disminución de la capa de ozono, hizo que el CFC fuese cada vez menos usado.
La concentración de los contaminantes se reduce a medida que se dispersa en la atmósfera, cuyo proceso depende de factores climatológicos como la velocidad del viento, la temperatura, el movimiento del aire, entre otros.
La temperatura generalmente disminuye con la altitud, pero cuando una capa de aire frío está bajo una capa de aire caliente producen una inversión térmica; la mezcla se produce muy lentamente y los contaminantes atmosféricos acumulan cerca del suelo. Las inversiones térmicas pueden ser duraderas bajo un sistema de alta presión estacionario junto con una baja velocidad del viento. En un periodo de tres días de escasa mezcla atmosférica puede llegar a concentraciones elevadas de productos peligrosos en zonas sensibles a ser contaminadas y, en casos extremos, provocar enfermedades y hasta la muerte. En 1948, una inversión térmica sobre Donora (Pennsylvania) provocó enfermedades respiratorias en más de 6000 personas y la muerte de 20 de ellas.
