La contabilidad es la ciencia que tiene como objeto de estudio los fondos propios de entidades, fenómenos y sus variaciones, tanto en términos cuantitativos como cualitativos, registrando los hechos y actos de naturaleza económico-financiera que le afectan y estudiando sus consecuencias en la dinámica de las finanzas.
El nombre de contabilidad deriva del uso de las cuentas contables. La contabilidad se puede entender como una ciencia social, del mismo modo que la economía y la administración. Los profesionales de este ámbito son conocidos como contables.
Así, podemos designar la contabilidad como la ciencia que estudia, interpreta y registra los fenómenos que afectan el patrimonio de una entidad. Se consigue su objetivo mediante el registro y análisis de todos los hechos relacionados con la formación, el movimiento y los cambios del patrimonio administrativo, asociado a la entidad, con el fin de asegurar su control y proporcionar profesionalmente información necesaria para la acción administrativa.
Se utilizan varias técnicas de contabilidad para sus metas a alcanzar: la contabilidad es en sí misma una forma de esta ciencia para guardar ocurrencias patrimoniales; las demostraciones contables son demostraciones expositivas para reunir los hechos de manera que se puedan obtener mayores informaciones. Ya el análisis de balances es una técnica que permite descomponer, comparar e interpretar el contenido de las demostraciones contables, ofreciendo datos analíticos de utilidad más allá de la administración.
Hay una dificultad en la clasificación de la contabilidad. Aunque generalmente se considera como una ciencia social, así como la economía y la gestión, a veces se le llama arte o técnica. Sin embargo, independientemente de su categoría, la contabilidad es cada vez más importante dado el crecimiento de empresas y organizaciones que requieren una alta eficiencia de la profesión contable para el control y estudio de activos.
Historia de la contabilidad
Hay informes de que las primeras manifestaciones contables datan de cerca del 2000 a.C., con los sumerios. También se indica que el lenguaje escrito fue ideado por contables primitivos. En un mercado basado en el intercambio de mercancías, la contabilidad servía para definir cuanto poseía alguien de una determinada mercancía y cuál era el valor del intercambio de esa mercancía en relación a otra.
La contabilidad se inició empíricamente con Leonardo Fibonacci y después con el monje Luca Pacioli, principal divulgador del método de las partidas dobles. Se cerró la fase empírica y menos organizada de la contabilidad a partir del siglo XV. La llamada escuela inglesa (Francisco Bacon, Locke, Hume) respondió al exceso de especulación científica y concibió lo empírico como un criterio determinante de lo que se podría considerar ciencia o no.
Otra dificultad que se encuentra en el estudio de la material es la de los trabajos científicos sobre la contabilidad que suelen sufrir un exceso de experimentalismo, lo que ha perjudicado el desarrollo del campo en varias áreas. Numerosos trabajos de este tipo fueron clasificados como contabilidad aplicada. A pesar de la connotación económica, este tipo de trabajos resaltaban los vínculos contables con disciplinas administrativas y matemáticas. Por esa característica, la contabilidad fue criticada al parecer a un sistema de ciencias.
