La consuelda, Symphytum officinale, es una planta arbustiva nativa de Europa y Asia, pero que es común en todas partes del mundo. Alcanza hasta un metro de altura, tiene hojas grandes y está cubierta con pelos y pequeñas flores. Esas flores tienen coloración que puede variar entre amarillo, crema y rosa.
La consuelda o hierba de las cortaduras posee alantoínas, mucílagos, taninos, saponinas, colinas, azúcares, vitaminas, aminoácidos triterpenos, esteroides, ácido orgánico y ácido fólico. Debido a su composición, ejerce un poder antiinflamatorio, renovación celular y cicatrización, se puede utilizar, incluyendo, en casos de quemaduras, para aliviar los dolores derivados de estos procesos. Para este fin se emplea el jugo de las hojas o la tintura de éstos en forma de ungüento o pomada, asociado con una sustancia grasosa.
No puede ser ingerido, pues es tóxico para el hígado; en la década de 1980, la prensa reveló que las hojas de este vegetal eran capaces de curar determinados cánceres, resultando en la intoxicación de muchos individuos. Así, después de una variedad de estudios toxicológicos, se confirmó la eficacia de su uso externo y la legislación pasó a prohibir su ingestión como medidas de salud preventiva.