Los gases son compuestos moleculares, excepto los gases nobles, que consisten en átomos aislados.
La gran compresibilidad y excesiva capacidad de expansión comprenden las fundamentales características físicas de los gases. Los gases no poseen volumen fijo, y se mezclan en cualquier proporción.
Las partículas que constituyen un gas poseen un alto grado de libertad, por ser muy distanciadas unas de las otras y no existir comunicación entre ellas. Resultando así en un movimiento desordenado y contínuo de las partículas, haciéndolas chocar incesantemente contra las paredes internas del recipiente que contiene el gas.
Al chocar contra las paredes internas del recipiente, la partícula ejerce una fuerza por unidad de área. Esa relación es designada de presión, que es directamente proporcional al número de choques por unidad de área. El gas contenido en un frasco cerrado ejerce una presión que es proporcional al número de choques de sus moléculas contra las paredes del recipiente.
El aumento de la energía cinética es debido a la calefacción del gas contenido en la botella, donde las moléculas se desplazan a mayor velocidad.
