La comuna de París fue considerada la primera experiencia histórica de gobierno popular. Durante 71 días, entre marzo y mayo de 1871, los comuneros (como se llamaban los miembros de la Comuna) gobernaron la capital francesa en una forma totalmente distinta de otros gobiernos existentes en el tiempo, siendo la comuna de París como el embrión – creado en la práctica y no surgido de teorías –de lo que sería un gobierno del proletariado.
La creación de la comuna de París se produjo en el contexto de la guerra franco-prusiana, que funcionó entre 1870 y 1871, resultando en la victoria de Prusia y la unificación de los Estados alemanes, dando lugar al Reich (Imperio) alemán. En septiembre de 1870, el ejército francés sufrió una derrota importante para los prusianos. Desde allí se desarrolló una serie de manifestaciones populares en Francia, resultando inicialmente en la caída del emperador Napoleón III y el establecimiento de la llamada Tercera República (1870-1940).
Fueron convocadas las elecciones para la Asamblea Nacional por el gobierno provisional, dirigido en ese momento por el historiador y político Louis Adolphe Thiers. La mayoría de los elegidos eran republicanos conservadores, apoyados por pequeños propietarios. A pesar de esas medidas políticas, la derrota para los prusianos incitó a las diferencias de clase en el país, principalmente en París.
Los trabajadores y sectores populares de la capital exigieron reformas sociales, especialmente en lo que se refiere a los derechos de propiedad. Con la presión popular, Thiers transfirió el gobierno a Versalles. La acción intensificó la insatisfacción popular, que sumada a la incapacidad de los ejércitos franceses de defender la capital, llevó a la población más pobre e París a asumir el gobierno de la ciudad de manera autónoma. Eso ocurrió después de la revuelta que también alcanzó a la Guardia Nacional, que se volvió insurgente el 18 de marzo de 1871, quedando al lado de los comuneros.
Las principales obligaciones de la comuna de París fue defender la ciudad, que fue rodeada por tropas leales a Thiers, y gestionarla. Sin embargo, esta administración fue hecha por separado de los gobiernos usuales de la época.
Fue formado el Consejo de la Comuna, que constaba de 71 delegados elegidos mediante sufragio universal. De estos, 25 eran trabajadores y 12 eran artesanos. Los delegados fueron elegidos para cumplir con tareas específicas y su mandato podía ser revocado en cualquier momento. Los sueldos de participación en la administración de la comuna no podían exceder el salario de un trabajador promedio. La guardia nacional estaba desarmada, entregando armas a la población, incluidas a las mujeres, para la defensa de la comuna. Se crea una forma de defensa popular de la ciudad basado en un ejército profesional.
Participaron en el Consejo de la Comuna delegados de varias tendencias del movimiento obrero y del republicanismo radical: blanquistas, proudhonianos, bakuninistas, trabajadores vinculados a la Asociación Internacional de los Trabajadores (I Internacional), marxistas y diversas otras corrientes. Militantes de diversos otros países participaron de la Comuna de París, principalmente debido a la actuación de la I Internacional.
Entre las medidas adoptadas por la Comuna de París se establecieron: educación gratuita y obligatoria sin el control de la iglesia, control de precios de los alimentos, el derecho de propiedad de los trabajadores de las fábricas abandonadas, la igualdad civil entre hombres y mujeres, la entrega y aplazamiento de pago de los alquileres para aquellos que estaban en dificultades financieras, la abolición del trabajo nocturno, la creación de las pensiones a las viudas y los huérfanos, entre otras acciones de carácter popular.
Esta postura era un peligro no sólo a las clases dirigentes francesas, sino también para Europa. Ante esta situación, los ejércitos prusianos y franceses comenzaron a rodear y atacar a París para abolir el municipio. En mayo de 1871, los comuneros fueron derrotados. No se conocen con certeza los datos sobre la represión de la comuna de París, pero se calcula que hubo alrededor de 20 mil ejecuciones, 43 mil presos y 10 mil condenados.
La comuna de París quedó en la memoria histórica del movimiento obrero como gobierno de los primeros trabajadores. En las revoluciones posteriores (Rusia, 1917; Alemania, 1918; España, 1936; y Portugal, 1974), sus principios organizativos fueron evocados y puestos en vigor durante algún tiempo. Sin embargo, en disputas políticas dentro del movimiento obrero, anarquistas y marxistas han intentado buscaron afirmar sus tendencias como las principales dentro de la comuna de París. Estas diferencias han llevado incluso al final de asociación la Primera Internacional Obrera en 1876. Esas corrientes pretendían, así, legitimar históricamente sus posicionamientos políticos.