¿Te consideras un curioso apasionado por la ciencia y sus entresijos? Si es así, con certeza ya debes haberte preguntado sobre el aseo de los astronautas. Si ellos permanecen todo el tiempo fluctuando, ¿cómo proceden ante sus necesidades fisiológicas como ser humano?
El baño de una nave espacial se asemeja al baño corriente en la Tierra en apenas algunos aspectos, tales como el inodoro, ventana con vista a la Tierra y luz para leer. Pero la tecnología hace la diferencia en relación al destino final de los residuos, una vez que los mismos son depositados en bolsas plásticas, localizadas en el fondo de la taza sanitaria. Las bolsas funcionan como depósito, siendo compactadas y selladas (para evitar la contaminación espacial).
Hasta ahora, sólo se habla del tratamiento de los residuos. Sin embargo, lo más curioso es el hecho de que, al usar el váter, los astronautas necesitan mantener unidas las correas, inmovilizadores de los pies y cintura que los fija en el inodoro. Solamente así es posible dejar de fluctuar y permanecer en la posición correcta para la realización del procedimiento deseado.
Antiguo trajes espaciales tenían bolsas de pañales para contener las deposiciones, siendo considerados incómodos y poco higiénicos. Para la suerte de los astronautas, la tecnología está evolucionando cada día más permitiendo que tareas simples, como ir al baño en el espacio, no sea un problema que afrontar ante la increíble misión de investigar en el espacio.