La expansión del comercio europeo, desde el siglo XV, condujo a varios países europeos llevar a cabo políticas destinadas a ampliar el flujo de comercio como una forma de fortalecer la situación económica de las monarquías nacionales emergentes. En este contexto, España logró un gran paso ante el anuncio de la existencia de un nuevo continente al oeste, América. En ese momento, el Nuevo Mundo, despierta la curiosidad y la ambición que se materializan de la colonización de estas nuevas tierras con ideas de superioridad sobre los pueblos que habitaban dentro de ellas.
Al llegar aquí, España encontró sorprendida la existencia de grandes civilizaciones capaces de desarrollar complejas instituciones políticas y sociales como las suyas propias. Muchos centros urbanos creados por los llamados pueblos precolombinos habían superado, bajo el juicio de los colonos, la sofisticación de la supuesta moderna, desarrollada y civilizada Europa medieval. A pesar del descubrimiento, hay que señalar que la satisfacción de los intereses económicos del comerciante era infinitamente mayor que el valor que la experiencia cultural que podían absorber.
Uno de los procesos más discutidos de la dominación de la población nativa fue cuando el conquistador Hernán Cortés llevó las acciones militares que conquistaron el imperio azteca, entonces controlado por Moctezuma. Dada la innegable inferioridad numérica, nos preguntamos cómo una nación de tamaño tan pequeño como España fue capaz de imponer sus intereses frente a aquella población indígena tan grande. Esta sublevación llevaría a la desaparición de los aztecas.
Para explicar esta pregunta, tenemos que evaluar una serie de factores inherentes a esta terrible experiencia, que marca el violento pasado de América. En primer lugar, hacemos hincapié en la superioridad de la guerra europea, que se basó en las armas de fuego de gran alcance y aturdían a los indígenas que se enfrentaron con la imagen sin precedentes de hombres a caballo. Al mismo tiempo, el contacto con los europeos había allanado el camino para la instalación de las epidemias que mataron a las poblaciones nativas en pocos días.
Mientras que la confrontación y la enfermedad funcionaban como medio importante de la dominación, también tenemos que dar la debida importancia a la estrategia española. En algunos casos, los españoles habían promovido la intensificación de la rivalidad entre dos tribus locales. Así, después de que los nativos se desgastaran en conflictos, la dominación hispánica agitaba para controlar a las tribus en cuestión.
Después de la conquista, los pobladores tomaron las medidas necesario para garantizar los nuevos territorios, y en el menor tiempo posible la explotación económica de sus tierras para exportar y mercadear sus recursos. En pocas palabras, la extracción de metales preciosos y el desarrollo de la agro-exportación de actividades guiadas era la nueva cara de la América colonizada. En el desempeño de esta tarea, además de contar con una red administrativa compleja, los españoles explotaron el trabajo de los indios esclavizados.
Sólo el paso entre los siglos XVIII y XIX, cuando la Revolución Industrial y la Ilustración fueron tomando forma, la explotación colonial llegaba a su fin. Los procesos desarrollados por la independencia en todo el continente dieron paso a la formación de un gran mosaico de naciones y estados para poner fin a la colonización. Sin embargo, podemos decir que los problemas que causaron los colonizadores marcaría un largo camino en busca de la tan esperada soberanía.
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