El clero era formado por miembros de la iglesia católica. Ejerció gran influencia, poder y fueron los encargados de la protección espiritual de la sociedad. Todos lo que componían esta categoría estaban exentos del pago de impuestos, recaudaron el diezmo de los fieles y llevaron a cabo gran parte del conocimiento, transcribiendo manuscritos, libros sagrados así como la perpetuidad de las enseñanzas de su religión a los futuros religiosos.
Estructura del clero y privilegios
Se subdividía en varios grupos:
- Alto clero – miembros de la nobleza feudal (papa, obispo, abad)
- Bajo clero – miembros no ligados a la nobleza, procedentes del pueblo (párroco, sacerdote, vicario)
- Clero secular – miembros de monasterios, aislados del mundo (benedictinos, franciscanos, dominicos, carmelitas y agustinos)
Algunos de los privilegios que gozaba el clero incluían recibir grandes donaciones de tierras y otros bienes, ejercicio de puestos administrativos, no pagar impuestos, tenían sus propios tribunales y dedicarse a la cultura y al aprendizaje. Además del gran prestigio ante la población, acogían y prestaban asistencia a los enfermos y más pobres.
Papel de la iglesia católica en la edad media
Reconocida como la institución líder, la iglesia católica medieval ejerció un papel decisivo en todos los sectores sociales. Con dominación política legitimada e influencia en sus manifestaciones culturales, ayudaron en las cuestiones económicas, cumpliendo un papel importante en la cohesión social.
El Papa fue parte integral de la más alta jerarquía eclesiástica en la iglesia. Fue quien dominó y tenía la autoridad para intervenir y realizar dos tipos de poderes: espiritual (relacionado con las cuestiones religiosas) y temporal (relacionado con el poder de grandes extensiones de tierra). El poder temporal involucró a la iglesia en asuntos políticos como la querella de las investiduras (conflicto entre el poder monárquico, de los reyes y el clero.
Algunos factores como la corrupción eclesiástica y las virtudes morales del clero, como la venta de indulgencias y artículos religiosos (pago financiero por gracia o perdón de los pecados), significaba que había una brecha entre la iglesia y de su ideal principal.
Órdenes religiosas
En los siglos X y XI, la iglesia se renueva con la creación de nuevas órdenes religiosas y militares. Entre ellas, podemos mencionar las siguientes:
- Orden de Cluny – abogaba por la creación de un proceso de reforma que daría una mayor autonomía a la iglesia. Tenía la intención de seguir las reglas de la orden benedictina, es decir: castidad, pobreza, caridad, obediencia, oración y trabajo. El cesaropapismo, práctica de subordinación del clero a los reyes, comenzó a sufrir intensa oposición por parte de los miembros de esta orden. Desde sus inicios en el siglo X, valoró la oración y las prácticas litúrgicas, manteniendo su dignidad y esplendor.
- Orden del Cister – creada en el siglo XI, valora el trabajo manual y el cultivo de la tierra. Sus miembros se opusieron al lujo y a las formas de ostentación.
- Caballeros Templarios – fundada en el 1119 por Hugues de Payens, tenía la intención de defender la Tierra Santa de los musulmanes emprendiendo las Cruzadas.
- Orden de Hospitalarios – fundada en Jerusalén en 1080, constituida por miembros de la nobleza.
- Otros movimientos de reforma, como la orden de los franciscanos y los dominicos, se presentan para predicar la pobreza absoluta y el vivir de la caridad.
Rivalidades monárquicas
En el año de 1058, el colegio de cardenales es creado por el Papa Nicolás II con la finalidad de promover la elección de los papas nuevos. En el 1073, Gregorio VII, miembro de la orden de Cluny, fue elegido para dirigir la iglesia católica romana. Además de reafirmar el voto de castidad, Gregorio VII prohibió que cualquier autoridad monárquica tuviera algún tipo de posición religiosa.
En contraste, Enrique IV, rey del Sacro Imperio, convocó a los obispos que estaban bajo su dominio político, para anular las acciones de Gregorio VII. El Papa, reiterando los planes del rey germánico ordenaría que fuese excomulgado, librando a los obispos de su poder.
Para obtener el perdón del Papa, Enrique IV permaneció tres días y tres noches rezando en la nieve. Después de ser indultado, el rey organizó tropas militares cuya misión era derrocar a Gregorio VII. Entonces, al darse cuenta que su posición era desfavorable, el Papa decide exiliarse en Francia. Después de una serie de conflictos entre tropas papales y germánicas, fue firmado un tratado de paz limitando el poder eclesiástico del monárquico. A partir de ahí, solamente el líder religioso tendría derecho de conceder cargos de posición religiosa.
Inquisición
Otra medida adoptada por la iglesia, que ganó extensa propagación fue la Inquisición. Entre las numerosas reformas, la pérdida de autoridad moral de la institución condujo al nacimiento de diversas doctrinas, creencias y supersticiones que tendieron como herejía porque fue contra los dogmas católicos.
Con la propuesta para combatir y destruir los movimientos heréticos de la época, el Papa Gregorio IX en 1231 crea los tribunales de Inquisición. Popularmente conocido como ‘caza de brujas’, su misión fue juzgar y condenar a los considerados herejes, es decir, todos aquellos que planteasen una amenaza al cristianismo. No hubo ningún criterio para denunciar a una persona a la corte.
Eran considerados herejes las mujeres sospechadas de practicar la brujería, porque tenían un ‘poder mágico’ del curanderismo; personas con deformidades físicas y aquellos que dieran culto a las religiones paganas o que simplemente se opusieran a los ideales de la iglesia católica. Los informantes que realizaron denuncias recibían una bonificación financiera por el tribunal en caso de que la condena surtiera el efecto esperado.
Los presos fueron entregados a las autoridades administrativas del Estado, responsables de ejecutar la sentencia final. Para obtener las pruebas, el tribunal buscaba indicios como marcas, lunares o pecas, porque para el organismo representaron una alianza demoníaca. La tortura era ampliamente utilizada para lograr confesiones; inmersión en agua tibia, perforaciones en el cuerpo, palizas, violaciones, mutilaciones y experimentos.
En caso de que la persona insistiera en su inocencia, era quemada viva. En Alemania y en Francia, se utilizaron maderas verdes para prolongar el sufrimiento de la gente hereje condenada a morir en estas condiciones.
La última hoguera por herejía ocurría en el año 1782, en el siglo XVII en Suiza, momento en terminó la cacería de brujas. Ya la existencia del Tribunal de la Inquisición se prolongó hasta el siglo XX. Unos 9 millones de personas fueron incriminadas y condenadas a muerte, siendo el 80% del sexo femenino y niños.