La civilización fenicia se desarrolló en la región costera del noroeste de Oriente Medio, donde hoy encuentra la costa de Siria y el Líbano. El comienzo de la ocupación de la región se produjo alrededor del año 3000 a.C., pero el auge de las ciudades fenicias tuvo lugar entre 1200 a.C. y 900 a.C. Los fenicios tenían como principales legados la creación del alfabeto y la navegación.
Inicialmente trabajando en la agricultura, los fenicios tuvieron como principales legados la creación del alfabeto y la navegación. Inicialmente trabajando en la agricultura, los fenicios se destacaron económicamente con la actividad comercial desarrollada principalmente en el Mar Mediterráneo. La falta de tierras fértiles en abundancia, contrariamente a lo que ocurría en Mesopotamia y Egipto, llevó a este pueblo a dedicarse al intercambio de productos con diversas civilizaciones de la Antigüedad.
Los extensos bosques de cedro de la región sirvieron como fuente de materia prima para la construcción de buques, lo que hizo que los fenicios se volvieran especialistas en la construcción naval. El comercio marítimo posibilitó todavía la colonización de varios lugares en el mar Mediterráneo. Se destaca la construcción de ciudades como Palermo, Sicilia, además de Cádiz y Málaga, en España. Pero la ciudad que obtuvo mayor protagonismo fue Cartago, en África del norte. Ese pueblo formó todavía diversos puestos comerciales en el Mediterráneo a fin de facilitar la actividad del comercio.
Las navegaciones fenicias se extendieron más allá del estrecho de Gibraltar, llegando a Inglaterra y al mar del Norte, como también al contorno de la costa atlántica de África, en sentido sur, consiguiendo, así, acceso al océano Índico y al Mar Rojo.
El crecimiento económico ha dado a comerciantes un poder político. Junto a los sacerdotes, ellos administraron las ciudades fenicias. Esa talasocracia (la élite mercantil) se había organizado por monarquías o repúblicas y, en el caso de la última, fueron administrados por un cuerpo de ancianos distinguidos, llamados sulfetas.
Las ciudades que mayor prominencia tenían fueron Byblos, Ugarit, Sidón y Tiro. Los dos primeros predominan hasta el siglo XIII a.C., hasta la dominación de los egipcios, hititas y otros pueblos del Mar Egeo. Sidón prevaleció después del declive de las primeras, siendo contenida por el expansionismo asirios. Tiro tuvo su apogeo entre los siglos X y IX a.C., siendo subyugada posteriormente por babilonios, persas, griegos y romanos.
La organización de la civilización fenicia en ciudades autónomas e independientes era una característica que distinguía a los demás pueblos de la región, que formaron grandes imperios.
La élite de estas ciudades fue formada por ricos comerciantes, sacerdotes y armadores navieros. Pero los fenicios también desarrollaron una importante actividad artesanal. Además de los barcos, fueron productores de joyas y telas, principalmente los teñidos de la púrpura, un tinte extraído de una almeja, el múrice. Las telas teñidas de púrpura eran admiradas y utilizadas por las élites de los grandes imperios de la antigüedad.
Los fenicios también fueron excelentes arquitectos y constructores, siendo responsables por la construcción del templo en Jerusalén durante el reinado de Salomón.
En el aspecto religioso, se caracterizaron por el politeísmo y el animismo (la creencia en el poder sagrado de los elementos y manifestaciones de la naturaleza). Cada ciudad tuvo un Dios principal, generalmente conocido como Baal, que representa el sol, y la diosa Astarteia, símbolo de la fecundidad. Todavía había otros dioses específicos a cada ciudad.
La astronomía y las matemáticas fueron las áreas en las que los fenicios también produjeron importantes conocimientos, debido principalmente a las necesidades de la navegación.
Sin embargo, el legado más grande de los fenicios fue, sin duda, la creación de un sistema de escritura, que consta de 22 letras, que se conocen como alfabeto. Los fenicios no fueron los creadores de la escritura pues antes de ellos se encontraron los sumerios – con la escritura cuneiforme – y los egipcios – con los jeroglíficos. La especificidad de la escritura fenicia fue la simplificación de caracteres. Posiblemente la razón para adoptar el alfabeto era relacionada a la organización de comercio. El alfabeto fenicio fue adoptado por los griegos y romanos, quienes lo perfeccionaron, volviéndose así la matriz de nuestra escritura actual.