Ciro el Grande fue rey de Persia (590-580 a.C -529 a.C). Iniciador de la dinastía aqueménida, un nombre que honra a su padre, aqueménida. Educado en los pastores durante la infancia y la juventud para un guerrero, se convierte en jefe de las tribus de Persia (actualmente Irán) en 548 a.C, sometiendo a la población que vivió en la misma región. Dedicó tiempo a la búsqueda de campos agrícolas para instalar su pueblo por causa del crecimiento rápido de la población.
Ciro el Grande fundó el Imperio Persa en el 539 a.C, cuando Babilonia conquista el imperio vecino, en lo que hoy es Irak. Considerado el maestro de la estrategia militar, tenía una gran habilidad táctica para la organización de un ejército eficaz, que utilizaba la táctica de asalto, con arqueros montados y soldados masivos de combate.
En su expansión llegó a conquistar el reino de Lidia, las colonias griegas de Asia Menor y llegar a las orillas del río Indo en la India. Respetaba las costumbres y la religión de los vencidos y, por tanto se asegura la estabilidad del imperio.
Su política de tolerancia religiosa con los pueblos conquistados se menciona en la Biblia, que aparece como el gobernante que liberó a los judíos para conquistar Babilonia. Es sucedido por su hijo Cambises I, que se expande el imperio mediante la conquista de Egipto.