A comienzos del siglo XX, las ideas de Karl Popper y Albert Einstein revolucionaron la concepción de la ciencia y del método científico. Los principios tomados como incontestables en el siglo anterior fueron cediendo su lugar a una actitud crítica. A partir de entonces se desmitificó la concepción de que el método científico era un procedimiento controlado por normas rígidas que el investigador debía seguir para la producción de conocimiento científico. Siendo así, había tantos métodos como problemas analizados e investigadores existentes.
En la ciencia contemporánea, el resultado de la investigación se debe a la identificación de los asuntos y la necesidad de diseñar y construir respuestas para aclarar fenómenos. La investigación científica se lleva a cabo porque no hay necesidad de construir una posible respuesta o solución a un problema, debido a un hecho o conjunto de conocimientos teóricos.
La ciencia moderna reconoce que no hay reglas para un descubrimiento, al igual que no existen para las artes. La actividad científica es similar a la del artista. Los investigadores pueden seguir diferentes caminos para llegar a una conclusión.
Investigando la historia de la ciencia, parece que gran parte de sus principios básicos han sido modificados o sustituidos a la luz de nuevas conjeturas o nuevas normas. Esto ocurrió cuando Galileo Galilei parte de la mecánica de Aristóteles y Einstein hizo lo mismo con Newton.
La concepción contemporánea de la ciencia está muy lejos de los puntos de vista aristotélicos y modernos, en las cuales el conocimiento científico fue aceptado al ser justificado como verdadero. El objetivo de la ciencia sigue siendo la creación de un mundo mejor donde vivir y lograr un conocimiento científico sistemático y seguro sobre la realidad.
La ciencia ha demostrado ser una búsqueda, una investigación en curso de explicaciones y soluciones a los problemas planteados