Los ciclones son fenómenos naturales que causan las velocidades del viento superiores a 200 millas por hora y fuertes lluvias, causando grandes inconvenientes a medida que avanza. Son remolinos atmosféricos están girando en torno a un centro de baja presión, llegando a las regiones ecuatoriales, y especialmente a las tropicales.
La formación de los ciclones se produce en las aguas cálidas de los océanos. El calentamiento de una determinada superficie genera un centro de bajas presiones atmosféricas, condiciones favorables para el desarrollo de los ciclones.
Dependiendo de la ubicación y la intensidad, el ciclón puede recibir otras clasificaciones, como huracán, tifón, tormenta tropical, tormenta ciclónica, depresión tropical, tempestad tropical o simplemente ciclón. Cuando este fenómeno ocurre en el Océano Atlántico, por ejemplo, se llama un huracán, ya en el Océano Pacífico, el ciclón se llama tifón.
El movimiento de la masa de nubes y los vientos de un ciclón varía según al hemisferio, donde el fenómeno se desarrolla siguiendo así el sentido de las agujas del reloj en el Hemisferio Sur y el sentido contrario en el Hemisferio Norte. Esta característica está determinada por la aceleración de la fuerza del Efecto Coriolis.
Según la velocidad que alcancen los vientos de este fenómeno, los ciclones se dividen en diferentes categorías:
- Categoría 1 (intensidad mínima): vientos de 118 km/h y 152 km/h.
- Categoría 2 (moderado): vientos de 153 km/h 176 km/h.
- Categoría 3 (alta intensidad): vientos de 177 km/h y 208 km/h.
- Categoría 4 (intensidad extrema): vientos de 209 km/h y 248 km/h.
- Categoría 5 (intensidad catastrófica) vientos con una velocidad superior a 249 km/h.