Chamanismo es una de las prácticas espirituales, terapéuticas y filosóficas más antiguas de la humanidad. Hoy, médicos, abogados, psicólogos, videntes, místicos, sanadores, sociólogos, estudiantes, ejecutivos y personas de las más variadas creencias están estudiando y aplicando el chamanismo. Estas tradiciones y creencias supersticiosas han existido desde tiempos de la prehistoria. Es, sin embargo, una práctica no exenta del conocimiento de la medicina natural y el efecto placebo.
Los resultados rápidos, penetraciones de profundo significado, el contacto con las supuestas realidades ocultas, la obtención de conocimiento de sí mismo, la búsqueda de poder personal, contribuyen al interés en las prácticas del chamán. Chamanismo define un conjunto de creencias ancestrales. Su práctica establece contacto con otros planos de conciencia, con el fin de obtener conocimiento, energía, equilibrio y salud. Para sus adeptos proporciona tranquilidad, paz, concentración profunda, estimula la condición física, psicológica y espiritual.
El chamán puede ser masculino o femenino. Es conocido como mago, curandero, brujo, médico espírita, terapeuta espiritual, consejero o líder espiritual.
Él es el explorador de la conciencia humana. El practicante es sacado del letargo convencional, reconociendo sus límites, su limitada visión personal del mundo, buscando un plan más universal. A través de una llamada interior vive una confrontación existencial que le obliga abandonar la zona de confort, del falso brillo, de la alienación.
Según sus practicantes, refuerza el coraje y la determinación, movilizando al practicante por visiones, ideas, experiencias y expandiendo su conciencia, pudiendo procesar transformaciones de profundas proporciones en su vida. El chamanismo rescata la relación sagrada del hombre con el planeta.
La práctica de chamanismo es ir en busca de la excelencia espiritual, es ver la realidad detrás de los conceptos existentes, es armonizar con las mareas de la vida naturales. Es recorrer el camino a través de los portales sagrados de la mente, las emociones, el cuerpo y el espíritu.
La premisa básica es el reconocimiento de que todos son parte de la familia universal y todo está interconectado. El practicante entiende el ‘espíritu esencial’ que está dentro de sí mismo, en la naturaleza y en todos los seres. Él sabe quién es y cómo se relaciona el universo.
El reconocimiento del camino de la verdad viene de la expansión de la conciencia y la comprensión de que el poder real se encuentra dentro de cada practicante y proviene de la elaboración de sus propios dones.
Hoy en día, en el planeta, la vibración es más predominante que en otras épocas. La gente cada vez más se ocupa más del autoconocimiento y le conduce a una cuestión: ‘¿Qué debería hacer realmente con mi vida?’ En esta búsqueda se enfrentan a barreras, ya sea con relaciones, trabajo, salud, carrera, en definitiva, con las experiencias del mundo cotidiano.
El mayor obstáculo para el crecimiento es la inercia, que crea la insensibilidad, que priva al individuo de nuevas posibilidades, crea pasividad con respecto a la vida. Crea falta de vitalidad, limita la creatividad y predispone el papel de víctima. La conciencia es limitada a escapar, a tener miedo. La víctima siempre está viviendo en las sombras del pasado y miedo del futuro.
Las prácticas del chamanismo compelen a la mente a vivir dentro del corazón hasta que la mente ‘ignorante’ sea destruida. Eso se manifiesta cuando el ser se revela espontáneamente. En realidad, el antiguo modo de vivir acaba abriendo camino para una forma más consciente.
Cuando se aproxima el verdadero propósito del alma, toda la naturaleza interior florece. La persona entra en un rápido proceso de transformación personal, en busca de poderes profundos, trabajando los desafíos que se convierten en una aventura.
El practicante explora la estructura de su propia conciencia y la comprensión de cómo los hechos suceden en su vida, dejando de ser víctima de las circunstancias. El individuo adherido a esta creencia se siente inspirado en los desafíos y aprende a utilizar la energía para caminar en armonía.
Practicando la sabiduría de las antiguas tradiciones adaptadas al mundo de hoy y el estado actual del alma humana, el trabajo se realiza con tambores, canciones, meditaciones, instrumentos de poder, danzas, respiraciones, vistas, historias y experiencias.