Chac, en la mitología maya, es el dios de la lluvia. Se le representa con dos largos colmillos que le salen de la boca y dos ríos de lágrimas brotándole de los ojos. Igualmente se le relaciona con los cuatro puntos cardinales.
Este dios es amigo del género humano y gobierna sobre el trueno, el relámpago, el viento y la lluvia. En uno de los templos de la ciudad de Tula se mantienen unos frescos con la figura de Chac en verde sobre fondo negro. Está asociado a otros dioses: a Tláloc, de la mitología azteca, e incluso a Kasogonaga, de las tribus del Chaco.