Cenicienta es uno de los cuentos de hadas más populares de la humanidad. Su origen tiene diferentes versiones. La versión más conocida es la del escritor francés Charles Perrault, de 1697, basada en un cuento italiano popular llamado La gatta cerentola. La más antigua es originaria de China, alrededor del 860 a.C.
Existe también una versión de los Hermanos Grimm, semejante a la de Charles Perrault. En esta, sin embargo, no hay figura de hada madrina y quien satisface la realización del deseo de ir al baile son las palomas y el árbol. En este caso, Cenicienta sabe palabras mágicas, usadas en imperativo, que ayudan en la transformación de sus deseos en realidad. Al final, las hermanas malvadas quedan ciegas al tener sus ojos perforados por palomas. Según otras versiones, la figura de hada madrina en realidad es el espíritu de la fallecida madre de la propia protagonista que traía un vestido del cielo para Cenicienta poder usar en el baile.
Esta historia tiene muchas perspectivas. Los psicoanalistas ven la trama de Cenicienta mucho más que una simple trama romántica. Por tener origen atemporal y haber surgido en civilizaciones diferentes, la trayectoria de la protagonista traduciría una especie de arquetipo fundamental, traduciendo el deseo natural de la psique humana en ser reconocida especial y llevada a una existencia superior. La literatura y el cine, conscientes de eso, se valieron del arco dramático para el desarrollo de numerosas obras de apelo popular. Además de los dibujos animados de Walt Disney – que siempre buscaron inspiración en los cuentos de hadas – merece destaque las influencias sobre la película de Pretty Woman, protagonizada por Julia Roberts y que fue éxito de taquilla en la década de 1990.
