Cartujos, denominación que reciben los miembros de la Orden Cartujana, así como, por prolongación, la misma. Esta orden monástica fue creada por san Bruno, monje alemán que, en 1084, se retiró, junto con otros seis compañeros, a la soledad del valle de Chartreuse, cerca de Grenoble. Vivían allí como ermitaños, usando ropa muy descuidada y comiendo verduras y pan de harina sin refinar. Posteriormente a haber sido aprobada por el papa Alejandro III en 1170, la orden se extendió de un modo asombroso. Su establecimiento en Inglaterra data de 1180, donde el nombre de Casas Chartreuse fue degenerando hasta ser Casas Charter. En la actualidad, los cartujos se conducen por las leyes aprobadas por el papa Inocencio XI en 1682.
Los cartujos se encontraban divididos en dos conjuntos: los padres (patres) y los hermanos laicos (conversi). Cada padre tenía su propia celda con una cama de paja, una almohada, un cobertor de lana y herramientas para poder realizar oficios manuales o redactar. Los monjes dejaban sus celdas sólo para ir al funeral de algún hermano de la orden. Tres veces a la semana no comían pan, agua ni sal, y muchas veces al año establecían largos ayunos. La carne se encontraba en cualquier caso prohibida, como así igualmente el vino, excepto mezclado con agua. Salvo en específicas ocasiones, los monjes se encontraban empujados a conservarse en estricto silencio.
A lo largo del tiempo los cartujos han seguido practicando, con pequeñas modificaciones, esta austera disciplina. La orden llegó a contar con 16 provincias, preciándose de tener los monasterios más bellos y magníficos del mundo, como, por ejemplo, la Grande Chartreuse (fundada en el siglo XI, en la actualidad un museo formado especialmente de edificios del siglo XVII), el monasterio de Certosa (o cartuja de Pavía, cerca de Milán, hoy monumento nacional, se comenzó a construir en 1396 y se continuó durante los siglos XV y XVI) o la cartuja de Miraflores (monumento arquitectónico fundamental del arte español).
La orden de las monjas cartujas fue fundada en Salette (Francia) alrededor de 1229. Seguían las mismas normas que los monjes cartujos. Cuando en el siglo XVI, bajo el reinado de Enrique VIII, se clausuraron los monasterios en Inglaterra, aún existían nueve enclaves cartujos activos en aquel país.