Las características únicas de los metales difieren de otras sustancias: la mayoría son sólidas a temperatura ambiente (25 °C) y presentan color plata. Pero existen excepciones como el Mercurio (Hq), que es el único metal encontrado en la naturaleza en el estado líquido, y posee color plateado y un brillo característico denominado aspecto metálico. El cobre (Cu) y el oro (Au) también se distinguen de otros metales y presentan coloración roja y dorada respectivamente.
Algunos experimentos con rayos X llevaron a la concepción de que los metales sólidos poseen una agrupación de cationes fijos, rodeados por electrones. Esos electrones están desplazados porque pertenecen a la capa de valencia y no son atraídos por el núcleo. Esos experimentos definieron la estructura atómica de los metales, que es llamada estructura cristalina. Ese factor es responsable por las propiedades de los metales, que son:
Conductividad: los metales son excelentes conductores de corriente eléctrica y calor. La capacidad de los metales de conducir la electricidad puede explicarse por la presencia de la nube de electrones, que conduce la corriente eléctrica en los cables de electricidad, no sólo en ellos, sino en cualquier objeto metálico.
Los cables de transmisión eléctrica están hechos de aluminio o cobre, así como los paneles que utilizamos para cocinar alimentos. Los metales tienen la capacidad de conducir calor de 10 a 100 veces más rápido que otras sustancias.
Brillo: los objetos metálicos, cuando son pulidos, presentan un brillo característico de los metales, debido a los electrones libres situados en la superficie de los objetos que absorben e irradian la luz.
Maleabilidad: es la capacidad de los metales para producir láminas y placas muy finas.
Ductilidad: producen cables. Si aplicamos una presión adecuada en regiones específicas en la superficie de un metal, puede transformarse en cables y láminas.