Los hongos se desarrollan, principalmente, en lugares con gran presencia de materia orgánica y humedad. La falta de luz también facilita el desarrollo de hongos.
Pueden ser pluricelulares (compuesto por más de una célula) o unicelulares (que constan de una sola célula). Los hongos multicelulares, que son la mayoría, poseen el tallo que es denominado de micelio. Este micelio se compone de filamentos (hifas).
Los hongos no tienen clorofila.
La nutrición de los hongos es heterotrófica, es decir, los nutrientes que necesitan para vivir se obtienen por la materia orgánica. Sin embargo, los hongos no ingieren las materias orgánicas sino que obtienen sus nutrientes a través de un proceso de absorción. La digestión sucede fuera del cuerpo, es decir, ellos liberan enzimas que digieren la materia orgánica y apenas después de este proceso los nutrientes son absorbidos.
Pueden reproducirse de manera sexuada o asexuada.
La reproducción a través de esporas es también muy común en varias especies de hongos.
Tienen la capacidad para almacenar los materiales de reserva que, al igual que muchos animales, es basada en glucógeno.