El suelo es normalmente una parte de la biosfera llena de vida. Muchos de los seres vivos que habitan el interior del suelo no son perceptibles al ojo humano, pero otros pueden ser vistos con facilidad. Un ejemplo clásico de anélido es la lombriz de tierra. Ella vive en suelos húmedos, como es el suelo fértil de huertos o jardines.
La lombriz de tierra pertenece al filo de los anélidos – un nombre que incluye animales con cuerpos segmentados, divididos en anillos. Los anélidos comprenden alrededor de 15.000 especies distintas con representantes que viven en el suelo húmedo, en agua dulce y agua salada. Pueden ser parásitos o de vida libre.
Características generales de los anélidos
En la lombriz de tierra, hay varias especies de anélidos. Podemos citar los pequeños animales – tales como la sanguijuela, que sólo se puede medir unos pocos milímetros de largo – y de animales de gran tamaño que pueden llegar a alcanzar los dos metros.
El hábitat de los anélidos puede ser el agua de los mares y océanos, el agua dulce o el suelo húmedo. Los anélidos más completos, además el tracto digestivo completo, tienen un sistema circulatorio cerrado, es decir, tienen la boca y el ano y también tienen un sistema circulatorio donde se hace circular la sangre dentro de los vasos sanguíneos.
El cuerpo de anélidos está recubierto con una piel delgada y húmeda. Esta es una característica importante de la respiración cutánea –respiración realizada a través de la piel debido a que los gases respiratorios no pasan a través de superficies secas.
En la mayoría de los casos, los anélidos son hermafroditas, es decir, cada animal tiene dos sistemas de reproducción: el macho y la hembra. Sin embargo, pueden realizar fecundación cruzada y recíproca, es decir, dos animales hermafroditas se cruzan y se fecundan mutuamente.
Las lombrices de tierra son animales invertebrados con un cuerpo largo, suave y formado por muchos segmentos dispuestos en secuencia. Algunos grupos (normalmente de agua dulce o marina) tienen una cabeza distinta, donde están los ojos y apéndices sensoriales, como palpos, tentáculos y cerdas. La mayoría de los anélidos respira por medio de la piel, que es muy elástica y recubierta por moco, que lo mantiene húmedo. Algunas de las especies acuáticas pueden respirar a través de estructuras que funcionan como branquias.
Una de las principales características de los anélidos es la segmentación. El cuerpo está formado por una serie de anillos enlazados llamados metámeros, dispuestos uno tras otro, e internamente tienen un tracto digestivo que corre a lo largo del cuerpo del animal.
Hay especies de carnívoros y herbívoros, y la mayoría de los gusanos acuáticos son filtradores. Algunos incluso se alimentan de la sangre como la sanguijuela.
La mayoría de los anélidos poseen cerdas que permiten su movimiento. Algunos viven bajo el mar (enterrados en la arena) o en agua estancada. Otros son de la tierra, como la lombriz.
Importancia de los anélidos en la agricultura
Las lombrices de tierra conocidas también como lumbrícidos (Lumbricidae) son un ejemplo reconocible y familiar para quien tenga un jardín o posean una caña de pescar. Estos animales invertebrados contribuyen a la oxigenación de la tierra para excavar grandes galerías subterráneas.
Esto ayuda en su fertilización, realizando la descomposición de los residuos vegetales (hojas caídas principalmente), que se transforman en sustancias que pueden ser directamente asimiladas por las plantas. Por tanto, su presencia en plantas no es negativa, al contrario, oxigena el espacio y genera nutrientes que funcionan como el abono.