Los campos de concentración estaban repartidos por toda Europa, con nuevos campos creados cerca de los centros de población densa, centrándose en los judíos, la intelectualidad comunista polaca y los eslavos. La mayoría de los campamentos fueron localizados en el área de las administraciones públicas.
Algunos campos como el de Auschwitz-Birkenau únian el trabajo esclavo en combinación con el exterminio sistemático. Al llegar a Auschwitz los presos fueron divididos en dos grupos: los que eran demasiado débiles para trabajar fueron asesinados de inmediato en cámaras de gas (que fueron disfrazados a veces como duchas) y quemaron sus cuerpos, mientras que otros se utilizaron por primera vez como esclavos en fábricas o empresas industriales ubicadas en las cercanías del campo.
Los alemanes organizaron grupos auto-sostenibles de trabajo entre los prisioneros a trabajar en el reciclaje de los cadáveres y la recolección de ciertos elementos. Para algunos historiadores, los dientes de oro fueron extraídos de los cadáveres y el cabello de la mujer (rasurado de las cabezas de las víctimas) antes de entrar en los incineradores de cámara. Ellos creen que estos productos fueron reciclados de la siguiente manera: oro, fundido y utilizado para la joyería y pelo, tejido en las alfombras y los calcetines y utilizado para llenar los abrigos. En estos campos, cerca de 800 a 1000 prisioneros fueron mantenidos vivos para garantizar la tarea de la eliminación de los cadáveres de personas asesinadas en cámaras de gas.
El transporte se llevó a cabo a menudo en condiciones horribles, con vagones de mercancías, hacinamiento y sin servicios de saneamiento. Cada judío había pagado su pasaje a la empresa ferroviaria alemana. En algunos casos los judíos eran atraídos por la promesa de reubicación para el trabajo, llegando a pagar su pasaje a la propia muerte. Más de 350.000 judíos pagaron los boletos en los coches de pasajeros de la segunda clase para ser llevados a Auschwitz.
Las listas de pasajeros de las SS fueron destruidas, pero las empresas civiles se han conservado y ahora están en los archivos de Yad Vashem que es la fuente de identificación de algunos millones de víctimas asesinadas en los campos nazis.