Califa procede en la palabra árabe khalifa que es una abreviación de khalifatu rasulil-lah y que significa Sucesor del Mensajero de Dios, o Profeta Muhammad.
El título de khalifatu rasulil-lah fue utilizado por primera vez para Abu Bakr, que fue elegido jefe de la comunidad musulmana después de la muerte del profeta Mahoma.
La importancia del Califato
La misión del Profeta Muhammad, como la de los mensajeros de Dios antes que él, fue llamar a la gente a la adoración y la sumisión a un Único Dios Verdadero. En la práctica, la sumisión a Dios significa obedecer sus mandatos según figuran en el Corán y la Sunnah.
Como sucesor del profeta, el califa era el jefe de la comunidad musulmana y su objetivo primordial es continuar en el camino de Mahoma. Dado que la religión se perfeccionó y la puerta de la revelación divina fue cerrada por la muerte del Profeta, el califa debía legislar de acuerdo con el Corán y la Sunnah. Él era el gobernante de los musulmanes, pero no su soberano desde que la soberanía pertenece sólo a Dios. El califa debe ser obedecido siempre y cuando obedezca a Dios. Era el responsable de crear y mantener condiciones bajo las cuales sería más fácil para los musulmanes vivir de acuerdo a los principios islámicos, y distribuir la justicia de forma equitativa.
Abū Bakr en el momento en que aceptó el califato, manifestó su posición de la siguiente manera: “El débil entre vosotros, será el fuerte conmigo, hasta que sus derechos hayan sido defendidos; y el fuerte entre vosotros será el débil conmigo, hasta que fuera la voluntad del Señor, yo tomaré de ellos lo que fuera debido. Obedezcanme en cuanto yo obedezca a Dios y a su mensajero. Cuando yo desobedezca a él y a su profeta, entonces no me obedezcáis.
Los primeros califas fueron Abu Bakr, Omar, Osman y Ali. Todos ellos llevaban una vida simple y justa, y luchaban por la causa de Dios. La justicia practicada por ellos era imparcial, eran amables y misericordiosos en su trato. Posteriormente, los siguientes califas incorporarían los hábitos de reyes y emperadores y el verdadero espíritu de igualdad entre gobernante y gobernado disminuyó considerablemente en la vida política de los musulmanes.
Debe entenderse que la misión del Profeta Muhammad y, por consecuencia, de los primeros cuatro califas, no fue una reforma política y socioeconómica, aún cuando tales reformas formasen parte de los éxitos obtenidos de la misión, ni tampoco la unidad de la nación, el establecimiento de un imperio y el desarrollo de una civilización o cultura. La misión del Profeta fue llevar el mensaje de Dios a todas las personas del mundo e invitarlas a someterse a él, siendo su mensajero el primero en hacerlo.