La bronquitis se define como una enfermedad inflamatoria que afecta a los bronquios. Hay dos tipos, bronquitis aguda y bronquitis crónica. La bronquitis crónica persiste durante años y no es necesariamente el resultado de una infección. Esta enfermedad es parte de un síndrome llamado Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Por definición, la bronquitis crónica se encuentra presente en tos con moco (catarro) en la mayor parte del mes en, como mínimo, durante 3 meses del año, por dos años seguidos, sin que haya otra molestia que explique la presencia de ese síntoma. Esta enfermedad afecta a individuos de todas las edades, pero es más común en personas por encima de 45 años.
Esta condición suele aparecer después de 20 a 30 años de exposición a productos irritantes de las vías respiratorias, como el tabaco, la contaminación del aire, entre otros. Estos son responsables de traer cambios en la mucosa bronquial.
En el caso de la bronquitis crónica, ocurre hipertrofia glandular, desencadenando una inflamación y mayor producción de moco, provocando una estenosis en los bronquios, con la consecuente disminución del flujo de aire. En los casos en que ocurre un empeoramiento de la inflamación, como en las infecciones bacterianas, la producción de moco se exacerba.
Hoy en día, se usa más comúnmente el término de EPOC cuando se hace mención a la bronquitis crónica y al enfisema pulmonar, una vez que ambas coexisten en el mismo paciente, causando obstrucción al pasaje del flujo de aire.
Las manifestaciones clínicas que presentan los pacientes con esta enfermedad son:
- Tos.
- Expectoración de moco.
- Dificultad para respirar.
- Fiebre, cuando hay una infección asociada.
- Sibilancias que pueden ocurrir cuando la enfermedad se intensifica (crisis).
- Cianosis (piel azulada).
- Hinchazón de las extremidades inferiores debido a un mayor esfuerzo cardíaco.
El diagnóstico se realiza por la historia clínica que presenta el paciente, por ejemplo, el uso del tabaco a largo plazo asociado a tos crónica productiva (con moco) agiliza los resultados. El examen físico también puede ayudar en el diagnóstico.
Las pruebas de imagen como la radiografía de tórax suele mostrar alteraciones compatibles con bronquitis crónica, así como ayudar a descartar otras enfermedades.
Además del examen de sangre ser útil en el diagnóstico de la enfermedad, también ayuda en la elucidación de su gravedad, así como en la espirometría.
El objetivo principal del tratamiento de la bronquitis crónica es la irritación bronquial lenta. Por lo tanto, es esencial eliminar los factores irritantes, tales como humo o polvo tóxico. La desaceleración en el consumo de tabaco no va a llevar a una mejora de la enfermedad, pero ayudará a retardar su evolución.
Algunos pacientes pueden responder positivamente al tratamiento con corticosteroides, fármacos que tienen como objetivo controlar la inflamación de los bronquios, minimizando de esta manera los síntomas de la enfermedad. Otro grupo de fármacos importantes en el tratamiento de la bronquitis crónica son los broncodilatadores, responsables de la limpieza de las vías respiratorias, aliviando la dificultad para respirar y sibilancias. Los antibióticos ayudan mucho en los casos de convulsiones como resultado de una infección de los bronquios. Los ejercicios de respiración también pueden ser beneficiosos.
En la mayoría de los casos (80-90%), la bronquitis crónica se debe a que el uso prolongado de tabaco. Por lo tanto, la principal forma de profilaxis es no utilizar esta sustancia. Otra medida importante que debe realizarse por pacientes con esta enfermedad es la vacunación anual contra el virus de la gripe, ya que esto puede agravar la condición.
La información contenida en esta publicación es sólo de referencia didáctica y no debe ser utilizada para el autodiagnóstico o la automedicación. Si tiene algún problema de salud, consulte a su médico particular.