Brainwriting es el nombre de la práctica en grupo donde son realizados registros escritos de ideas con el propósito de alcanzar un objetivo específico. También conocido como Método 6-3-5, esta práctica desarrollada por el profesor alemán Bernd Rohrbach, tiene como objetivo generar 108 ideas en apenas media hora y, así como el Brainstorming, la calidad de las ideas, por lo menos en el inicio del proceso, no es lo más importante.
Esta técnica creativa proporciona una forma sencilla y eficaz de recoger ideas innovadoras de un grupo de personas sobre cómo resolver un problema, desarrollar un proyecto o mejorar una situación existente.
Originalmente, la metodología consiste en un grupo de seis participantes bajo la supervisión de un moderador. Cada participante debe escribir, en un tiempo igual o inferior a cinco minutos, tres ideas pertinentes a su demanda. A lo largo del proceso, los participantes son animados a desarrollar las ideas de los demás y, a fin de estimular las suyas propias, deben leer los registros de todos los otros. Así, después de seis rondas durante treinta minutos de actividad, el grupo logra el objetivo principal del Brainwriting – 108 nuevas ideas. Cabe decir que ese es el concepto original de la técnica. Luego, el número de participantes, del tiempo para el registro de las ideas, así como la cantidad de rondas pueden ser modificadas de modo que encaje con la realidad de la empresa, personal o demanda.
El punto central de una sesión de Brainwriting es sobre la calidad de la pregunta, porque cuando esta se produce de manera eficiente tiende fuertemente a resultar en respuestas eficaces. Otras características de esa técnica son:
Extremadamente fácil de usar y no requiere mucha preparación.
Permite la participación de todos, sin inhibición de los participantes más introvertidos.
Indicado para su uso cuando hay conflicto entre la gente, porque el enfoque es sobre el problema.
La técnica del Brainwriting permite que todos, sin cualquier favorecimiento, puedan expresar sus ideas en el papel, evitando la vergüenza por aquellos que se destacan (o no) frente a los demás.
El IFM (Institute for Manufacturing), de la Universidad de Cambridge, adiverte que para la Buena práctica de esa técnica el moderador debe:
- Permitir la comunicación verbal entre los ciclos escritos.
- Tratar de ser tan visual como sea posible (imágenes, fotografías, diagramas…).
- Dar apertura apenas a críticas constructivas.
- Estimular el desarrollo de ideas entendidas como más prometedores por medio de las más simples.
