La botella térmica es un recipiente aislado de almacenamiento, que sirve para mantener el contenido con su temperatura original, ya sea caliente o frío, independiente de la influencia del medio ambiente. Fue inventado por el químico escocés sir James Dewar, en 1892, siendo constituida por dos recipientes, uno colocado dentro del otro, uniéndose al cuello.
El aire que sobra en la brecha es retirado, parcial o totalmente, creando el vacío, que es responsable de intercambio de calor entre el ambiente externo con el contenido que queda protegido en el interior de la botella térmica. Existen botellas térmicas simples, de uso doméstico, que no impiden totalmente el intercambio de calor entre el contenido y el ambiente, pues la diferencia entre los dos contenedores no es totalmente libre de aire. Existen también botellas térmicas industriales, más fiables, siendo usadas para diversos objetivos.
La primera botella térmica comercial fue creado en 1904, con la fundación de la compañía alemana Thermos GmbH. Su creador original, sir Dewar, no llegaría a patentar su creación que, como consecuencia, fue patentada por la empresa alemana que enfrentaría sus derechos contra Dewar en la justicia. Thermos sigue siendo una marca registrada en diversos países.
La característica principal de la botella térmica es la formación de vacío en el hueco formado entre los dos recipientes que componen la botella térmica. El intercambio térmico entre el contenido y el ambiente puede ser minimizado con el uso de paredes espejo tanto en el lado exterior como desde dentro, que ayudan a retardar la irradiación de calor. Generalmente, el instrumento es hecho de metal, vidrio, espuma o plástico. También es posible mejorar la eficacia del instrumento llenando el vacío con un vapor frío que se irradia hacia dentro de la botella.
Después de su llegada al mercado, la botella térmica se hizo accesible en cocinas de todo el mundo, debido a su gran utilidad, y también por ser un objeto relativamente simple. Una botella térmica doméstica simple es capaz de mantener un líquido frío durante 24 horas y un líquido caliente durante 8 horas. Los recipientes térmicos también son muy usados para transporte de mercancías que deben preservarse en una temperatura óptima.
En los laboratorios y la industria, los frascos térmicos se utilizan para proteger líquido que puede llegar a ser inestable o gasificado si son expuestos a temperatura ambiente, como el oxígeno y el nitrógeno. En esos casos, el recipiente térmico es constituido de diversos dispositivos de seguridad que evitan que el contenido interior sea influenciado por calor u otros factores de presión externos. Estos instrumentos son usados también con éxito para proteger ciertos tipos de combustible de fuegos especiales que son extremadamente volátiles.
Desde diciembre de 2010, la botella térmica ha sido sometida a inspecciones exhaustivas en los aeropuertos de todo el mundo, debido a la amenaza de que sean utilizadas para ocultar y transportar explosivos y otros materiales ilegales capaces de burlar los controles de rayos X.