En la Venezuela del presidente Hugo Chávez, que es considerado por la mayoría de la opinión pública internacional como un régimen meramente totalitario, se adoptó el régimen llamado de Bolivarianismo. Este sistema pretende significa el ejercicio de una democracia más directa que representativa.
Por lo tanto, todas las instituciones constitucionales de Venezuela son inestables y pueden ser modificadas en cualquier momento de acuerdo a la voluntad del mayor representante del Estado, aunque por lo general refrendado por el pueblo a través de plebiscitos.
De alguna manera, este esquema, supone un poder ilimitado dado al presidente para un cumplimiento parcial, simplemente porque la mayoría de la gente lo eligió como gobernante. Así, los pensadores actuales, como Denis Rosenfield, se han referido al régimen bolivariano como “democracia totalitaria”, admitiendo, sin embargo de forma crítica, oponiéndose a él, que un régimen puede ser, de forma simultánea, democrático y totalitario, no siendo los dos términos completamente antónimos.