Música electrónica, música desarrollada por medios electrónicos. Este concepto incluye la música compuesta con cintas magnetofónicas (que sólo existe sobre la cinta y se representa a través de altavoces), la música electrónica en vivo (desarrollada en tiempo real con sintetizadores y otros conjuntos electrónicos), la música específica (desarrollada a partir de sonidos grabados y luego modificados) y la música que combina el sonido de intérpretes en vivo con música electrónica grabada. Si bien estos tipos de música aluden en principio a la naturaleza de la tecnología y las técnicas empleadas, estas divisiones son cada día menos claras. Hoy están en uso otras terminologías, como música por computadora, música electroacústica o música radiofónica, expresaciones que suelen referirse más a la estética que a las tecnologías empleadas.
Antecedentes históricos
En la década de 1910, los futuristas italianos, liderados por el compositor Luigi Russolo, concibieron una música desarrollada con ruidos y cajas de música electrónicas. Fue así pues en el momento en que florecieron los primeros instrumentos musicales electrónicos comerciales. Pero, algunos compositores visionarios, como Alexandr Skriabin o Henry Cowell, habían soñado una música desarrollada únicamente por medios electrónicos, aunque este tipo de música no fue un suceso real hasta el avance de la tecnología de la grabación de sonidos durante la Segunda Guerra Mundial.
El compositor e ingeniero francés Maurice Martenot presentó en 1928 un instrumento electrónico denominado ondas Martenot, durable en un generador de bajas frecuencias manejado con un teclado de piano. En las décadas de 1940 y 1950, nacieron varios estudios de grabación asociados a los nombres de figuras destacadas, cuyos propósitos eran específicamente artísticos. En Francia, el ingeniero de sonido y compositor Pierre Schaeffer fundó el estudio de Radio Francia (RTF) en París, formado por varias grabadoras, micrófonos y conjuntos para la publicación de cintas. Las notorias técnicas empleadas para hacer música arraigaban en trocear, pegar, empalmar o recorrer hacia atrás diferentes fragmentos de la cinta grabada. Estas técnicas de manipulación de las cintas dieron lugar a un nuevo tipo de montaje de sonido, preparado con mucho esfuerzo a partir de las grabaciones provenientes del mundo real. Schaeffer calificó los resultados como música específica, un término que aún se sigue usando ampliamente, especialmente en Francia. Su primer experimento en este nuevo género utilizaba sonidos de grabaciones de trenes. Todas sus obras de esa etapa eran breves estudios sobre sonidos y tienen títulos evocadores como la Symphonie pour un homme seul (1950), compuesta en contribución con su colega (más joven que él) Pierre Henry. Los experimentos prácticos de Schaeffer en la estructura de música electrónica se encargaban en algunos escritos teóricos sobre el asunto que influyeron en él. El estudio de Henry y Schaeffer atrajo a diversos compositores, entre los cuales destacaba Pierre Boulez.
A finales de la década de 1940, Werner Meyer-Eppler, físico y director del Instituto de Fonética de la Universidad de Bonn, presentó por vez primera el Vocoder, un dispositivo que conseguía condensar la voz humana. Su trabajo teórico ejerció influencia en los compositores asociados con el estudio de la Radio de Alemania Occidental en Colonia (desarrollada en 1953), y cuyo interés giraba en torno a la sumario electrónica de los sonidos mediante generadores de sonido y otros aparatos. El primer director del estudio de Colonia, Herbert Eimert, ejerció una gran influencia por su forma de emplear el serialismo total como base para la construcción de obras electrónicas. Según este método, todos los trazos de la música, incluidos el tono, el ritmo y el volumen relativo, quedaban bajo el control de unos principios definidos numéricamente. Los sonidos y aparatos electrónicos brindaban la precisión y el control indispensables para la realización de este concepto. Compositores como Bruno Maderna y Karlheinz Stockhausen confeccionaron piezas electrónicas cortas, denominadas sumario aditiva (véase la sección de sumario del sonido más hacia delante). Estas obras se componían completamente a partir de sonidos electrónicos.
A finales de la década de 1950, ya se habían establecido gran parte de los estudios de música electrónica de Europa. Los más importantes eran el de la RAI en Milán, desarrollado por Luciano Berio y Maderna, el Instituto de Sonología de Utrecht y el estudio EMS de Estocolmo. La división entre la música específica y la música electrónica pura fue un fenómeno básicamente europeo. Si bien en EEUU florecieron varios estudios en aquella etapa, las distinciones estéticas eran allí menos importantes. En la década de 1950 en Nueva York, los compositores Otto Luening y Vladimir Ussachevski desarrollaron músicas para cinta magnetofónica con un conjunto de estudio muy rudimentario que transformaba los sonidos grabados de instrumentos y voces mediante técnicas de manipulación de cintas y simples unidades de reverberación. A finales de la década se asociaron con el Centro de Música Electrónica de Columbia-Princeton, donde el compositor Milton Babbitt empleaba una grande computadora RCA para hacer una música compuesta con los mismos principios seriales que Eimert y Stockhausen en Colonia. Su obra Philomel (1964) fue una de las iniciales composiciones para soprano solista y cinta magnetofónica. El desarrollo de la tecnología informática en las décadas de 1950 y 1960 llevó al instauración de una serie de estudios dedicados en única a la música por computador en universidades americanas y, en menor medida, en Europa.
A lo largo de las décadas de 1960 y 1970, los americanas Lansky y Barry Vercoe, entre otros, realizaron paquetes de programas para música (programas informáticos diseñados para la manipulación y producción de sonido), que se otorgaban gratuitamente a los compositores interesados. Esta tradición de software proveniente de las universidades de Estados Unidos ha sufragado en gran medida al crecimiento de la música por computadora en todo el mundo. Tanto el Centro para la Investigación Informática en Música y Acústica (CCRMA) de la Universidad de Stanford, en el estado de California, como el Institut de Recherche et de Coordination Acoustique/Musique (IRCAM) de París (desarrollado por Pierre Boulez en 1976), emplearon los computadores de manera significativa y despliegan siendo centros prominentes en la estructura de música electrónica en la actualidad.
El rápido desarrollo de la tecnología informática durante los últimos 15 años ha conducido a una revolución en la música por computadora y en la música electrónica habitualmente. Los computadores son ya más asequibles, y los programas informáticos, que antes eran muy lentos, funcionan ya en cuestión de segundos o incluso de manera simultánea a los instrumentos. Son numerosas las universidades y conservatorios actuales provistos con un estudio de música por computador y varios países tienen estudios nacionales, dedicados a la estructura de música electrónica. Adicionalmente, los músicos trabajan cada vez más de manera independiente, en estudios individuales.