Olvídate de los perros, gatos, navajas o incluso saltamontes – fueron arañas lo que recientemente llovió en el sur de Australia. Según la prensa local, millones de arácnidos cayeron del cielo en la región sur de Tablelands, cubriendo la zona rural con sus telas.
‘Ellas volaron por el cielo y luego vimos esas cascadas de telas de araña que parece casi como si estuviese nevando’, cuenta el residente local Keith Basterfield.
Aunque muchos informes se han referido a ellas como crías, las arañas son en realidad sólo adultos pequeños de la familia Linyphiidae, según Robb Bennett, el investigador de entomología del Museo Real de la Columbia Británica, en Victoria, Canadá. No está claro lo que estimula a estas arañas para participar en este evento en masa. Se trata de un comportamiento donde algunas arañas y otros invertebrados usan la dispersión por el aire para desplazarse a distintas ubicaciones.
Durante este extraño fenómeno, millones de arañas suben hasta los puntos más altos de su hábitat – una cerca o una planta alta – y realizan hilos de seda que les permiten ser llevados por las corrientes de aire. ‘Es un efecto de paracaídas inverso – ellos van desde el suelo hacia el aire’, explica Bennett. ‘Es inspirador’.
La gran mayoría de arañas muere durante el viaje, comidas por los depredadores o fallecidas por las condiciones climatológicas adversas. Sin embargo, una pequeña fracción logra sobrevivir para establecerse en su nueva casa. Gracias a este hecho impresionante, las arañas tienden a ser las primeras criaturas en recolonizar un área – por ejemplo, un campo agrícola – que fue completamente destruido.
Estos eventos son exclusivos de Australia. También se producen en el hemisferio norte – por ejemplo, se han visto en los Estados Unidos y Gran Bretaña -, pero son relativamente raros y aleatorios. Según Bennett, estas arañas no representan ningún peligro para las personas. ‘Es una ocurrencia espectacular de historia natural’.
En 2012, unas lluvias en la misma región australiana estimularon un suceso similar en masa. En ese caso, el fenómeno permitió que las arañas salieran de sus lugares para evitar ser ahogadas.
Según explica el profesor emérito de entomología en la Universidad de Georgia (EE.UU.), Robert Matthews, producir grandes cantidades de tela crea una especie de gran trampolín que soporta a las arañas conforme van huyendo del agua.
La hazaña impresionante muestra ‘la versatilidad de las cosas que [las arañas] pueden hacer con su red’, dice Matthews. ‘Las telas son un enorme avance evolutivo y éste es un ejemplo más de por qué las arañas han sido un grupo bien exitoso [evolutivamente]’.