La escultura del gótico tardío

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Pozo de Moises Gotico tardio escultura
La escultura gótica en el norte de Europa se mantuvo ajena al protorrenacimiento italiano. La escultura del gótico final francés se desarrolló en Borgoña. En torno al 1400 en la corte de Felipe el Atrevido en Dijon destacó la figura de Claus Sluter, que introdujo la sensibilidad realista de los Países Bajos en Francia. Renunciando a los modelos estilizados y a las afectaciones del siglo XIV, Sluter rodea a sus figuras en voluminosos plegados. En los personajes que va junton el sepulcro de Felipe el Atrevido (empezado en 1385, Museo de Bellas Artes, Dijon), ofrece un amplio repertorio de expresiones que promueven a enfatizar la evocación de tristeza y dolor. En las estatuas de los profetas que cercan el Pozo de Moisés (1395-1403, cartuja de Champmol, Dijon) transformó a los personajes del Antiguo Testamento en patriarcas flamencos, cuya representación naturalista se funde con un sentimiento de grandeza espiritual.

Tras el fallecimiento de Sluter, en 1406, su influencia se difundió por el sur de Francia, España y ulteriormente Alemania. En torno a 1500, Michel Colombe y los manieristas de la escuela de Troyes en Francia, Tilman Riemenschneider, Veit Stoss y Adam Kraft en Alemania, y Guillem Sagrera, Egas Cueman, Rodrigo Alemán y Gil de Siloé en España, pusieron el broche final al periodo gótico en el ámbito de la escultura.

Pozo de Moisés

El Pozo de Moisés [ver imagen] (1395-1403) era el brocal de mármol, desarrollado por Claus Sluter, del claustro del monasterio cartujo de Champmol en Dijon. Tan sólo se conserva este gran pedestal hexagonal, donde se aprecian las representaciones naturalistas de seis profetas.