
Los trabajos pioneros de Daguerre y de Talbot llevaron a dos tipos diferentes de fotografía. El daguerrotipo positivo, apreciado por su claridad y detalle, fue empleado en especial para retratos de familia como sustituto del mucho más caro retrato pintado. Después, el daguerrotipo fue suplantado en popularidad por la carte de visite, que utilizaba placas de cristal en lugar de láminas de hierro. Por otra parte, el procedimiento del calotipo de Talbot era menos necesario en los detalles, aunque tenía la ventaja de que producía un negativo del que se podían alcanzar el número de copias anheladas. A pesar de que el calotipo se asoció inicialmente a la fotografía paisajista, desde 1843 hasta 1848 esta técnica fue empleada por el pintor escocés David Octavius Hill y su colaborador fotográfico Robert Adamson para hacer retratos.
La fotografía como forma de arte alternativa
Desde la década de 1860 hasta la de 1890, la fotografía fue concebida como una alternativa al dibujo y a la pintura. Las iniciales normas de crítica aplicadas a ella fueron, por consiguiente, aquellas que se empleaban para juzgar el arte, y se aceptó la idea de que la cámara podía ser empleada por artistas, ya que ésta podía aprehender los detalles con mayor rapidez y fidelidad que el ojo y la mano. En otras palabras, la fotografía se contempló como una ayuda para el arte, como lo hicieron Hill y Adamson. Lo cierto es que, en torno a 1870 se aceptó la práctica de hacer posar a los sujetos en el estudio, para después retocar y matizar las fotos con el propósito de que pareciesen pinturas.
A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX el fotógrafo sueco Oscar Gustave Rejlander y el británico Henry Peach Robinson descubrieron el método de hacer una copia a partir de varios negativos diferentes. Robinson, que inició su carrera como artista, basó sus imágenes descriptivas en apuntes iniciales a lápiz. Su influencia como fotógrafo artístico fue muy grande. Por ejemplo, algunos de los trabajos de su compatriota Julia Margaret Cameron se encontraban formados y representaban escenas afines a obras pictóricas de la fase.
La fotografía en sí misma
Los estudios retratistas de Cameron plasmaban a sus amigos, miembros de los círculos científicos y literarios británicos. Consistían en primeros planos con iluminación penetrante, para demostrar toda la fuerza del carácter de los personajes. Otro ejemplo de ese tipo de fotografía es el oficio del caricaturista francés Gaspard Félix Tournachon, que se transformó en fotógrafo bajo el nombre profesional de Nadar. Sus cartes de visite (fotos montadas del tamaño de tarjetas de visita) son una serie de retratos simples y mordaces de la intelectualidad parisina. Muestran el poder de observación de Nadar en el momento en que disparaba su cámara con luz difusa contra fondos lisos para resaltar los detalles.
El oficio del fotógrafo británico Eadweard Muybridge es un ejemplo de la influencia del arte en la fotografía. Sus series de personas y animales en movimiento demostraron a artistas y científicos detalles fisiológicos jamás observados. El pintor americano Thomas Eakins igualmente experimentó con este tipo de fotografía, aunque la usó especialmente para la pintura de figuras.
El fotógrafo aficionado británico Peter Henry Emerson cuestionó el uso de la fotografía como sustituto de las artes visuales, incitando a otros colegas hacia la naturaleza como fuente de inspiración y limitando las manipulaciones de los propios procesos fotográficos. Su libro Fotografía naturalista para estudiantes de arte (1899) se encargaba en su convicción de que la fotografía es un arte en sí mismo e independiente de la pintura. Modificó después esta manifestación y protegió que la mera multiplicación de la naturaleza no es un arte. Otros escritos de Emerson, que distinguían la fotografía artística de la que se hace sin propósitos estéticos, terminaron de constreñir después el aspecto artístico de la fotografía.
Emerson, como consejo de un certamen fotográfico para aficionados en 1887, dio un trofeo a Alfred Stieglitz, fotógrafo americano que estudiaba así pues en el extranjero y cuya obra adoptaba los puntos de vista de Emerson. En 1890, Stieglitz regresó a Estados Unidos y desarrolló una serie de sencillas fotografías sobre Nueva York en desemejantes fases del año y circunstancias atmosféricas. En 1902 fundó el movimiento Photo-Secession, que adoptaría la fotografía como una forma de arte independiente. Algunos de los miembros de este conjunto fueron Gertrude Käsebier, Edward Steichen y Clarence H. White, entre otros. Camera Work fue la revista oficial del conjunto. En sus últimos números publicó algunos trabajos que representaban la separación con los asuntos convencionales y el reconocimiento del valor estético de los objetos ordinarios. Posteriormente a que los miembros se disgregaran, Stieglitz continuó apadrinando nuevos talentos mediante exposiciones en la Galería 291 de su propiedad, en el 291 de la Quinta Avenida de Nueva York. Entre los fotógrafos americanas que exhibieron sus obras en ella se hallan Paul Strand, Edward Weston, Ansel Easton Adams e Imogen Cunningham.
Fotografía manipulada
La fotografía, sin embargo, no se ha liberado absolutamente de la influencia de la pintura. A lo largo de la década de 1920, en Europa, las ideas contestatarias del movimiento Dadá hallaron su expresión en las obras del húngaro László Moholy-Nagy y del americano Man Ray, que empleaban la técnica de la manipulación. Para conquistar sus fotogramas o rayogramas, trabajaban de manera completamente natural, tomaban imágenes abstractas disponiendo los objetos sobre superficies sensibles a la luz. Igualmente experimentaron con fotografías solarizadas, método que consiste en volver a mostrar una foto a la luz durante el proceso de revelado, que da como resultado un cambio total o parcial de los tonos blancos y negros, exagera las siluetas o contornos. En España destaca el ejemplo del vasco Nicolás de Lekuona. En su obra se evidencia la influencia de las vanguardias artísticas de la actualidad, a través de muchos fotomontajes y encuadres basculados o en troceado. De este modo como la fotografía había liberado a la pintura de su papel convencional, los nuevos principios asumidos de la pintura surrealista, el Dadá y el collage permitieron a la fotografía artística emplear técnicas manipuladas.
Fotografía directa
Paralelamente, sin embargo, existía un conjunto de fotógrafos americanas que, siguiendo las teorías de Stieglitz, siguieron con la fotografía directa, esto es, no manipulada. En la década de 1930 varios fotógrafos californianos desarrollaron un conjunto informal al que llamaron f/64 (f/64 es la abertura del diafragma que suministra una gran profundidad de campo). Los miembros de f/64, Weston, Adams y Cunningham, entre otros, compartían la opinión de que los fotógrafos debían estallar las propias e inmanentes características de la cámara para conquistar una imagen que captará los detalles distantes con una nitidez igual a la de los objetos cercanos. Estos artistas tomaron imágenes directas de maneras naturales, personas y paisajes.
Últimas tendencias
Desde 1950, han ido apareciendo múltiples tendencias a medida que la distinción entre la fotografía documental y la artística se hacía menos clara. Algunos fotógrafos se inclinaron hacia la fotografía introspectiva mientras que otros lo hicieron hacia el paisajismo o el documento social.
Existe una tercera tendencia, que se ha desarrollado a partir de los primeros años de la década de 1960, hacia una fotografía manipulada cada vez más impersonal y abstracta. Para ello se han resucitado muchos de los métodos de impresión empleados en los primeros años de la fotografía. Por disconformidad, los pintores neorrealistas han recurrido a fotos para la realización de muchos de sus cuadros.
El oficio de los fotógrafos en color está comenzando a subyugar los convencionalismos críticos previos contra el empleo del color en la fotografía artística.
Reconocimiento de la fotografía como una forma del arte
Actualmente, la fotografía se ha asentido como medio artístico. Se venden fotografías interesantes a los coleccionistas a través de galerías, y obras (así como elementos de conjuntos fotográficos) de interés histórico aparecen con regularidad en las subastas. Cada año se publica un gran número de ensayos críticos de fotografía y de historia de su evolución, así como obras que reproducen los oficios de los artistas más notorios. Revistas dedicadas a esta manifestación artística (diferentes de las que ofrecen instrucciones de manejo para profesionales y aficionados) contienen estudios sobre la estética de la fotografía. Los más destacadas museos de todo el mundo tienen admiradas colecciones fotográficas, aunque hay otros más especializados, como el International Museum of Photography de Rochester (Nueva York), el International Center of Photography de Nueva York, el Museum of Photographic Arts de San Diego (California), el Centro Pompidou de París, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y diversos museos de Suiza y Alemania.