El rock en la década de 1970

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David Bowie rock 1970

En la década de 1970, el rock ya era una industria y un negocio. Y los músicos querían ser lo que se designó rock stars. Las estrellas del rock vivían en un mundo aparte, una especie de versión juvenil de Hollywood bajo la máxima ‘sexo, drogas y rock’n´roll’.

El modelo era The Rolling Stones, que convirtieron en mito su azaroso y escandaloso estilo de vida. La heroína se transformó en la droga del rock. De este modo, el rock ácido mutó en rock duro, gracias a Led Zeppelin, y a rock sucesivo o sinfónico, con proyectos mastodónticos como Pink Floyd o Emerson Lake and Palmer. Pero el rock se separó de la juventud. Las canciones de tres minutos, sencillas y de mensajes directos, se fueron alargando gracias al virtuosismo de sus músicos que buscaban estructuras cada vez más complejas. El rock de circuito se convertía en una música para ‘mayores’ y los adolescentes buscaban sonidos más divertidos. Por ejemplo el glam rock, un movimiento en el que sus músicos buscaban una imagen ambigua y generadora gracias a escandalosos vestidos de lentejuelas y maquillajes desmedidos y canciones de rock, convencional en ocasiones, Alice Cooper o Gary Glitter, o sonidos más aventurados como los de T-Rex, Roxy Music y especialmente David Bowie. La respuesta de la industria fue Kiss. Un cuarteto que fue definido como muñecas salidas del infierno que en 1977 eran la banda más popular del mundo. Kiss, que combinaban el rock duro con el glam, fueron los introductores en el rock del concepto mercadotecnia y se comunicaron cómics con ellos como protagonistas, se rodaron cintas, se vendieron pegatinas, chapas y muñecos.

En 1977 Malcom McLaren, había sido representante de New York Dolls, un conjunto mítico del glam americano, había visto el nacimiento del punk neoyorquino. Alrededor del club CBGB una serie de conjuntos, The Ramones, Televisión o Patti Smith, desarrollaban un rock rápido y acelerado, con letras generadoras, exiguos conocimientos técnicos y la máxima do it yourself (‘hazlo tú mismo’) como marca de fábrica. McLaren traslada esto a Gran Bretaña desarrollando a The Sex Pistols. El éxito es inmediata y intensivo. El punk se hizo popular entre los jóvenes gracias a sus ansias de destronar a lo que ellos llamaban ‘dinosaurios’, las antiguas rock stars, las calles se llenaron de una estética violenta, crestas mohicanas e imperdibles. Grupos como Dammed, Buzzcocks o The Clash abrieron una brecha generacional que rompió con el star system y que significó un revulsivo para una industria aburguesada y aburrida.