El primer virus que atacó a una máquina informática fue desarrollado en 1972. Este programa, creado por Robert Thomas Morris, afectaría a una máquina IBM Serie 360 y sería conocido como Creeper. El virus desarrollado emitía en la pantalla el mensaje: ‘I’m a creeper…catch me if you can!’ (Soy una enredadera, atrápame si puedes). Para eliminar este problema sería creado el primer programa antivirus conocido como Reaper. Sin embargo, el término virus no sería adoptado hasta 1984, a pesar de su existencia anterior.
El inicio de todo se dio en los laboratorios de Bell Computers. Cuatro programadores expertos (H. Douglas Mellory, Robert Morris, Victor Vysottsky y Ken Thompson) desarrollaron un juego denominado Core Wars, que consistía en ocupar toda la memoria RAM del equipo contrario en el menor tiempo posible.
Después de 1984, los virus empezaron a tener una gran expansión, desde los que atacan a los sectores de boot de los disquetes hasta aquellos adjuntos en un email. Internet masificaría su difusión con propósitos lucrativos especialmente (robo de datos).
1986 – El comienzo de la gran epidemia
Ese año se transmitieron los virus Brain y Bouncing Ball, que fueron las primeras especies representativas de difusión masiva. Esas especies virales tan solo afectaban al sector boot de las disqueteras. Posteriormente aparecieron los virus que infectaban otros archivos con extensión EXE y COM (archivos ejecutables).
Casino 1991 – Un símbolo de la historia de los virus
Uno de los principales referentes en la historia de los virus es el Casino. El virus se activaba el 15 de enero, el 15 de abril y el 15 de agosto y mostraba un mensaje en la pantalla retando al usuario.
El virus Casino apaga la FAT, estructura básica de cualquier disco DOS que permite encontrar los datos. Sin embargo, según señalaba en el mensaje, había guardado una copia de seguridad en la memoria que el usuario podría restaurar si ganaba la partida. En ese momento se iniciaba un juego estilo a las tragaperras. Si lográbamos sacar tres ‘L’ podíamos respirar aliviados. El virus restauraba los datos y se despedía con el siguiente mensaje:
Bastard! you’re lucky this time, but for your own sake, switch off your computer now and dont turn it on until tomorrow (!Bastardo! tuviste bastante suerte, pero por su propio bien, apague el ordenador y no vuelva a encenderlo hasta mañana)
Si por el contrario no conseguíamos las tres ‘L’, bien, digamos que esa sería la última partida que podríamos jugar en ese ordenador.