Cerámica en el arte islámico

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Ceramica arte islamico

Una de las expresiones artísticas que alcanzó mayor fama dentro del arte islámico es la cerámica, en la que se puede considerar un grado de innovación e inventiva comparable al de las artes plásticas de otras culturas.

La primera fase de innovación en la cerámica islámica se explica a partir de las excavaciones de Sāmarrā. La presencia de porcelana china importada en el área de Bagdad estimuló el interés de los ceramistas Abasíes, sin embargo la perfección de estas obras no se pudo conquistar con la arcilla local. La cerámica Tang de colorido verde y amarillo se imitó con éxito, sin embargo para representar el acabado de la porcelana, los ceramistas adaptaron un reflejo metálico, que suministraba a las piezas un aspecto cremoso. Algunas de estas vasijas se decoraban con pintura azul, y hay quien piensa que esta técnica inspiró las iniciales porcelanas azules y blancas de la China (imitadas a su vez por los últimos ceramistas islámicos). La técnica de pintura brillante igualmente apareció en Sāmarrā. Hablamos de la misma cerámica de reflejo metálico vuelta a guisar a fuego lento, produciendo así un brillante efecto metálico —pardo, verdoso o rojo— que transforma el recipiente en una pieza con apariencia de oro (loza dorada). Esta técnica se trasmitió a todos los enclaves civilizados de Europa, norte de África y Asia.

Desde fines del siglo VIII al siglo XI se desarrolló en Nisapur y Samarcanda, en el noreste de Irán, otro tipo de ornamentación cerámica. La nueva técnica consistía en volcar una fina capa de arcilla líquida sobre el recipiente para alcanzar una superficie sobre la que se aplica la ornamentación pictórica. Algunas de estas piezas, influidas por la tradición Sasánida, se decoraban con figuras de jinetes y otros motivos geométricos y caligráficos. Otra de las tipologías cerámicas iraníes es la que presenta una superficie grabada o esgrafiada, imitando las técnicas de la metalistería. Como la cerámica de reflejos metálicos, esta modalidad puede esclarecerse como el anhelo de rastrear un sustituto aceptable a un material más costoso.

En El-Fustat, desarrollado por los fatimíes de Egipto, se ha encontrado una gran cantidad de cerámica de reflejo metálico y otras modalidades. En el Irán Selyúcida se realizaron vasijas con las paredes de vidrio a imitación de la delicada porcelana china, así como cerámicas vidriadas y azulejos de Ravy y Kasan. Algunos recipientes esmaltados presentan ilustraciones de poemas y escenas heroicas, semejantes a las que se reproducen en la miniatura persa. Las formas de estas piezas representan en ocasiones a diversos animales.

En Irak, en los años previos a la conquista mongola, Raqqa fue el centro de realización de una fina cerámica vidriada y pintada. En la Turquía otomana enclaves como Iznik y Kütahya fueron productores destacados de azulejos, durante el siglo XVIII. Al comienzo estuvieron influidos por los objetos chinos blancos y azules, sin embargo después se produjeron piezas de cerámica conforme los patrones peculiarmente turcos, con motivos florales en color turquesa, verde, púrpura, castaño y negro. Los ceramistas Safawíes de Irán, igualmente influidos por las modas chinas, realizaron cerámicas azules y blancas que se exportaban hacia occidente.