Barroco en Austria y Alemania

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Barroco alemania

Aunque los acontecimientos políticos —guerra de los Treinta Años (1618-1648) en Alemania y presencia de los turcos en Austria— impidieron el desarrollo del barroco en ambos países hasta el siglo XVIII, algunos artistas importantes se destacaron a lo largo del siglo XVII. Dos maestros de la pintura barroca alemana fueron Adam Elsheimer, que se trasladó a Roma en 1600 y pintó dentro de la corriente clasicista italiana, y Johann Liss, que viajó a Venecia en 1621, trabajando allí y también en Roma.

La escultura del siglo XVII en Alemania y Austria conservó las características del gótico tardío y el manierismo. En Alemania, el altar Überlingen (1613-1619), de Jörg Zürn, representa la continuidad de la tradición alpina en la talla de madera, mientras que el de la iglesia parroquial de Insterburg (c. 1623), de Ludwig Munstermann, evidencia la influencia manierista. Balthasar Permoser, en Baviera, asimiló el estilo del pleno barroco italiano trasladándolo a Dresde, donde se convirtió en el escultor barroco más destacado. Sus alegres esculturas para el Zwinger (comenzado en 1711), una ampliación grandilocuente del palacio de Dresde proyectada por Pöppelman, están consideradas por los estudiosos como la parte más interesante del edificio. En Viena, al igual que en Dresde, la arquitectura barroca encontró entre los monarcas a sus mejores mecenas. Uno de los más destacados arquitectos barrocos de Austria, Johann Bernhard Fischer von Erlach, demostró su perfecto conocimiento de los modelos italianos en la exuberante iglesia de San Carlos Borromeo en Viena (1716-1737).