Arte Momoyama

0

Arte momoyama

En el periodo Azuchi-Momoyama (1568-1600), y tras casi un siglo de guerra, una sucesión de jefes militares intentó llevar la paz y la estabilidad política a Japón. Entre ellos se encontraban Oda Nobunaga, Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu, autor de la dinastía que lleva su nombre.

Oda Nobunaga alcanzó suficiente poder como para contraer el control del gobierno en 1568 y terminar, cinco años después, con el último sogún Ashikaga. Hideyoshi tomó el mando tras el fallecimiento de Oda, sin embargo sus planes para el instauración de un sogunado hereditario fueron desbaratados por Ieyasu, quien instauró el sogunado Tokugawa en 1603.

Arquitectura

Como respuesta al clima militar de la etapa se realizaron dos nuevas formas de arquitectura: el castillo, construcción defensiva que, en tiempos convulsos, servía de alojamiento al señor feudal y a sus militares, y el shoin, pabellón de bienvenida y zona de estudio privada que evidenciaba las relaciones entre el señor y los vasallos dentro de la sociedad feudal. El castillo de Himeji (cuya forma actual data de 1609), conocido popularmente como castillo de la Garza Blanca, es una de las construcciones más hermosas de la etapa Momoyama, con sus tejados ocurrentemente curvados y sus tres torres accesorias en torno al tenshu (o torre del tributo). El Ohiroma del castillo de Nijo (siglo XVII), en Tokio, constituye un ejemplo clásico de shoin, con su tokonoma (nicho), la ventana que se abre sobre un cuidado jardín y las zonas visiblemente distinguidas para los señores Tokugawa y sus vasallos.

Pintura

La escuela de pintura más importante de la etapa Momoyama fue la de Kano y la mayor innovación de la etapa la constituyó la fórmula ideada por Kano Eitoku para ornamentar con paisajes monumentales las puertas correderas de los interiores de las casas. Los pintaba sobre un fondo de oro que iluminaba los oscuros interiores de los castillos y se integraba muy bien con el carácter ostentoso de los aventureros militares de la etapa. La mejor muestra de su obra es quizá la ornamentación del pabellón destacado, que da al jardín, del Juko-in, subtemplo del Daitoku-ji (templo Zen de Kioto). En las puertas correderas de dos esquinas diagonalmente opuestas, hay representados un imponente ciruelo y unos pinos gemelos cuyos troncos repiten las verticales de las columnas del rincón, mientras que sus ramas se esparcen a derecha e izquierda unificando los paneles contiguos. El biombo desarrollado por Eitoku Leones chinos, que igualmente se conserva en Kioto, denota el estilo pictórico, osado y de brillante colorido, preferido por la clase samurái.

Hasegawa Tohaku, coetáneo de Eitoku, desarrolló un estilo algo diferente y más decorativo para los biombos de grandes dimensiones. En su Biombo del arce, que se conserva actualmente en el templo de Chishaku-in, Kioto, el tronco del árbol aparece en el centro y las ramas se esparcen casi hasta el borde, desarrollando una constitución más plana y menos arquitectónica que las de Eitoku, sin embargo con un efecto suntuoso. Su biombo de seis hojas Pinar (Museo Nacional de Tokio) es una prodigiosa representación de un bosque envuelto en la niebla, desarrollado con tinta monocroma.