Arte indio

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Arte indio

Arte indio, arte y arquitectura del subcontinente indio desde el III milenio a.C. hasta la actualidad. Se caracteriza por un gran sentido del dibujo, que es manifiesto tanto en sus formas modernas como en las convencionales. La cultura india suele manifestar la voluptuosidad con una libertad de expresión poco habitual en Occidente.

El arte de la India debe ser comprendido y juzgado en el entorno de las pretensiones y necesidades ideológicas, estéticas y rituales de su civilización. Estas pretensiones tomaron forma ya en el siglo I a.C. y han cometido ceremonia de una eminente tenacidad a lo largo de los siglos. La visión hindú-budista-jainí del mundo depende de la determinación de la paradoja central de toda existencia, conforme la cual el cambio y la perfección, el tiempo y la infinitud, la inmanencia y la trascendencia funcionan como partes de un único proceso. En esta situación no se puede separar a la producción del autor, y el tiempo debe ser entendido sólo como una matriz de la infinitud. Este concepto, aplicado al arte, divide el universo de la experiencia estética en tres elementos diferentes, aunque asociados entre sí: los sentidos, las emociones y el espíritu. Estos elementos dictan las normas para la arquitectura, como un instrumento para clausurar y transformar el espacio, y para la escultura, en su volumen, plasticidad, modelado, estructura y valores estéticos. En lugar de representar la dicotomía entre la carne y el espíritu, el arte indio, a través de una sensualidad y voluptuosidad deliberadas, funde ambas a través de un complejo simbolismo que, por ejemplo, trata de transformar la carnosidad de un cuerpo femenino en un misterio perenne de sexo y inventiva, en el cual la momentánea cónyuge se revela como la madre eterna.

El artista indio emplea de manera acertada algunos motivos, como la figura femenina, el árbol, el agua, el león y el elefante, en una constitución específica; aunque el resultado sea a veces alarmante en lo relativo a los conceptos, en lo que respecta a la energía sensual, el sentido de lo terrenal, la energía muscular y el movimiento rítmico se preservan inconfundibles. Todos los elementos que conforman la pintura india, como la forma del templo, los contornos de los cuerpos de los dioses hindúes, la luz, la sombra, la estructura y el volumen están encaminados a exaltar el misterio que resuelve el conflicto entre la vida y el fallecimiento, entre el tiempo y la infinitud.

El arte indio manifestado en la arquitectura, la escultura, la pintura, la joyería, la cerámica, la metalistería y los tejidos se difundió por todo Oriente con la divulgación del budismo y del hinduismo y ejerció una gran influencia sobre el arte de China, Japón, Myanmar, Tailandia, Camboya y Java. Estas dos religiones, con sus ramificaciones, prevalecieron en la India hasta que el islam cobró fuerza entre los siglos XIII y XVIII. La religión musulmana prohíbe la representación de la figura humana en los entornos religiosos, por lo que la ornamentación sucedió a representar motivos geométricos.