El clasicismo pleno se desarrolló durante la segunda mitad del siglo V a.C., especialmente bajo el mandato de Pericles, el político ateniense. La arquitectura y la escultura de Atenas consiguieron así pues una perfección ocasionalmente equiparada.
1. La arquitectura
Los arquitectos realizaron gran cantidad de métodos para igualar las deformaciones ópticas. De este modo, el basamento o crepidoma de los templos se curvaba levemente hacia arriba, las columnas se tallaban más anchas en el centro que en los extremos (éntasis) y se inclinaban ligeramente hacia el interior, y las líneas verticales del edificio se dibujaban con la pendiente necesaria para rectificar la distorsión conveniente.
El Partenón se levanta sobre la Acrópolis de Atenas. Este templo dórico períptero, dedicado a la diosa Atenea Parthenos, se erigió entre los años 448 y 432 a.C., a partir de un proyecto de los arquitectos Ictinos y Calícrates.
En Occidente, el grande templo de Apolo en Selinonte (Sicilia) se concluyó tras cien años de trabajo. En el Ática, Pericles ordenó la restauración de muchos templos quemados por los persas. El escultor Fidias se encargó de la supervisión de los trabajos en la Acrópolis, recinto que era el lugar convencional de los templos atenienses. El edificio más destacada fue el Partenón, proyectado por los arquitectos Ictino y Calícrates. Los Propileos, o puerta monumental de acceso a la Acrópolis, fue otra de las construcciones destacadas.
Las obras del Partenón comenzaron en el año 448 a.C. y formaron parte del ambicioso plan de rehabilitación comenzado por Pericles. Su construcción fue supervisada por el célebre escultor y arquitecto ateniense Fidias, aunque los rasos generales los diseñaron los arquitectos Ictino y Calícrates. El templo se concluyó hacia el año 432 a.C. Adicionalmente de la grandeza propia del edificio, en él se encontraba igualmente la impresionante estatua de oro y marfil de Atenea Partenos en la sala oriental del templo, los relieves esculpidos en las 92 metopas y las monumentales estatuas de mármol policromas de dioses y titanes del frontón del edificio. El Partenón, con sus esculturas, columnas dóricas y esmeradas proporciones, era el edificio más grande y excepcional que se había construido hasta ese momento en tierras griegas. Estaba dedicado a Atenea Partenos (Atenea Virgen) y se juzgaba el símbolo de la riqueza, el poder y el fama artístico de los griegos. En los años que siguieron, los romanos lo convirtieron en iglesia cristiana (en el siglo VI d.C.) y los turcos en mezquita en torno al año 1460, antes de que estallara durante el asedio veneciano a la Acrópolis acontecido en 1687. Los turcos reembolsaron la Acrópolis el año próximo y cimentaron otra mezquita dentro del Partenón. Pero, todos los restos de la mezquita desaparecieron en el momento en que los turcos fueron desterrados de la Acrópolis en 1835. La restauración del Partenón despliega en la actualidad.
El Partenón se erigió al lado de dos templos previos, el antiguo templo de Atenea, conocido como el Hecatompedón, construido en torno a el 570 a.C. y ampliado hacia el 530 a.C., y el antiguo Partenón, empezado el 488 a.C. y derribado por los persas el 480 a.C. en el momento en que aún no se encontraba acabado. La construcción del nuevo edificio se inició el 448 a.C.
El Partenón se erigió en su totalidad con el mármol de las célebres canteras del monte Pentelikon. Estaba rodeado por una gran columnata de ocho columnas dóricas en sus extremos y otras 17 en cada lado. El techo del peristilo se encontraba decorado con un artesonado de mármol. El santuario se dividía en dos partes (cella y tesoro), a las que se alcanzaba a través de un estrecho vestíbulo. El techo de la estancia mayor o cella, situada en el extremo oriental, contenía una grande estatua criselefantina (realizada en oro y marfil) que representaba a la diosa Atenea, defensora de la ciudad, sostenida en tres de sus lados por una columnata dórica de dos cuerpos verticales superpuestos. La estancia más pequeña o tesoro se elevaba sobre cuatro esbeltas columnas jónicas. Un ambicioso programa escultórico se extendía por las metopas, los frontones y el alto friso que recorría el exterior de la cella.
Fidias definió el estilo de las esculturas del Partenón, sin embargo la mayoría de ellas fueron seguramente ejecutadas por sus discípulos en el taller del maestro. Las metopas del lado oriental representan una batalla de gigantes, las occidentales una batalla contra las amazonas, las del norte la destrucción de Troya y las del sur la batalla entre lapitas y centauros. El friso representa a los habitantes atenienses acercándose a la diosa Atenea en el cortejo procesional de las celebraciones panateneas. En el frontón oriental aparece el nacimiento de Atenea, envuelta de los dioses del Olimpo, y en el frontón occidental su combate con el dios Poseidón por el dominio de las tierras del Ática. Las esculturas del Partenón y otros monumentos de la antigua Atenas se conservan en la recopilación Elgin (porque fue lord Elgin quien los llevó a Inglaterra) en el Museo Británico de Londres.
Otro de los edificios dóricos de este periodo es el Teseión, o sepulcro de Teseo, que se alzaba en una colina al oeste del ágora o plaza del mercado de Atenas, y que se ha transformado en uno de las construcciones mejor preservadas de Grecia. El templo de Poseidón en el cabo Sunion y el templo de Apolo Epicuro (450 a.C.) en Bassae, en plena Arcadia, son los edificios más antiguos donde han brotado capiteles corintios.
El Erecteion, erigido en la Acrópolis delante del Partenón, y quizás obra de Mnesicles, es un templo jónico excepcional. El suceso de que el terreno fuera accidentado, y el pavor a no dejar piedra sobre piedra en los santuarios previos del lugar, forzaron al arquitecto a idear una liosa planta asimétrica. El entablamento del pórtico que oculta la bajada a la sepultura de Erecteo se apoya sobre unas esculturas femeninas llamadas cariátides.
El templo de Atenea Niké, en el extremo suroeste de la Acrópolis, es otro edificio jónico ligero y refinado. El templo estuvo en pie hasta el siglo XVII, en el momento en que los turcos otomanos lo enterraron para transformarlo en una posición de artillería, sin embargo fue reconstruido el año 1835, conservando la mayor afinidad posible con la estructura único.
2. La escultura
Fidias y Policleto fueron los escultores más destacadas de la fase clásica media. Para los antiguos, Fidias era el escultor de los dioses y Policleto el de los seres humanos o mortales. El primero creó dos estatuas criselefantinas grandiosas, una de Zeus en Olimpia, identificada una de las siete maravillas del mundo antiguo, y otra de Atenea en el Partenón, aunque ninguna de las dos ha ido hasta la actualidad. La cabeza de Atenea Lemnia (Museo de Bolonia) copia romana de una obra de Fidias, junto con la obra de sus discípulos Alcámenes y Agorácrito, permite deducir algunas ideas de su arte.
La Niké alada de Paionios, en Olimpia, y los oficios ulteriores del eminente escultor Mirón, son contemporáneos al Partenón. El Discóbolo y Atenea y Marsias, dos de las esculturas más famosas del segundo, estuvieron en un principio en la Acrópolis y son conocidas únicamente por las copias romanas preservadas.
3. La pintura
A pesar de que dibujadas con un enfoque lineal rudimentaria, las figuras de las vasijas de la fase clásico medio tienen un cierto efecto tridimensional. Estas pinturas se parecen seguramente a las obras ocultas de Apolodoro y Zeuxis de Heraclea. El segundo es célebre por haber pintado un racimo de uvas de manera tan fidedigna que hasta los pájaros procuraron de picotear sus granos.