En las provincias italianas florecieron durante el periodo románico una gran diversidad de estilos. En Lombardía, se desarrolló un estilo italiano caracterizado por un eminente ingenio estructural. Entre sus elementos destacan el uso continuado de la bóveda de arista y la invención de la bóveda de crucería, la realización de edificios sombríos, sobrecogedores por sus macizas proporciones, y los detalles decorativos que van junto a sus bóvedas. Entre los ejemplos más antiguos de este estilo se preservan las iglesias de San Ambrosio de Milán y San Miguel, en Pavía (ambas del siglo XII). Las catedrales y baptisterios de Parma, Cremona, Piacenza, Ferrara y Módena, datadas en el siglo XII, son igualmente ejemplos destacados.
Otro modelo románico fuertemente destacado fue el de la parte central de Italia. Exhibió pocas innovaciones estructurales, sin embargo continuó la tradición de las basílicas paleocristianas al emplear los elementos decorativos clásicos. En las provincias cercanas a la ciudad eterna, el estilo está tipificado por las basílicas medievales, como la de San Clemente en Roma (siglo XII).
Las iglesias de Toscana fueron menos monumentales y en términos generales tuvieron una ornamentación más profusa que las de Roma, sin embargo ambas emplearon libremente los motivos clásicos, como capiteles corintios, hojas de acanto y molduras de ovas y flechas. La empleación de mármoles polícromos en diseños geométricos, desarrollando bandas alternativas de colores fue característica. La fachada de la iglesia de San Miniato al Monte de Florencia (iniciada el año 1013), por ejemplo, está revestida con mármoles negros, blancos y verdes. Los pórticos abiertos, las columnatas y las tribunas son otros elementos característicos, así como las fachadas ornamentadas con relieves escultóricos. Entre los ejemplos característicos del románico toscano destaca la catedral de Pisa, formada por el duomo, comenzado en 1063, el baptisterio construido en 1153 y el campanile (la famosa torre inclinada), un campanario exento empezado a cimentar en 1173. En este agrupación el uso de capiteles derivados de prototipos romanos pone en evidencia el predominio de los modelos clásicos precedentes.
En la Italia meridional, especialmente en la región de Apulia y en Sicilia, se desarrolló un estilo peculiar que combinó elementos bizantinos, romanos, musulmanes, lombardos y normandos. Su característica destacada es el uso decorativo de mosaicos y arcos apuntados entrelazados. Los ejemplos mejor conocidos son del siglo XII: catedrales de Monreale y Cefalú y capilla Palatina de Palermo.
Deslumbrante ejemplo del arte románico de la región italiana de Lombardía es la catedral de Cremona, que fue alternativamente ampliada en el momento en que en el siglo XII comenzara su construcción. Su coronamento superior tuvo lugar ya en el siglo XVI.