Dentro de esta expresión artística existen dos tendencias: el plateresco (término adoptado en el siglo XVII por Ortiz de Zúñiga en el momento en que comparaba la menuda y rica ornamentación de las fachadas con las labores de plateros), que engloba los tres primeros tercios del siglo XVI, y el purismo, más sobrio y alineado en el último tercio del siglo.
En el primero, se funden elementos propios del estilo gótico con el mudéjar y con las innovaciones renacentistas, por lo que el resultado es muy personal y los elementos como columnas, pilastras o bóvedas se usan con mucha libertad. A partir del punto de vista de las construcciones destacan los paramentos almohadillados, el uso de dos balaustradas con capiteles formados, bóvedas, bien de crucería, bien de medio cañón con casetones, y el arco de medio punto. En cuanto a la ornamentación, se usan las cresterías góticas y la ornamentación de grutescos aplicada a las pilastras, así como los medallones con retratos o ornamentación fantástica. Destacan varios centros con sus propias peculiaridades. En Toledo sobresale el hospital de Santa Cruz, responsable por el cardenal Mendoza, y el estilo conocido como cisneros en honor al cardenal Cisneros, que decora los interiores con artesonados y los muros con yeserías de ritmo geométrico. Es destacada agregar que en el año 1526 se publicó, en Toledo, el libro de Diego de Sagredo, Medidas del romano, primer tratado teórico escrito fuera de Italia. En Salamanca la catedral nueva y la hogar de las Conchas representan lo más destacada del renacimiento salmantino religioso y civil, y en Burgos, la escalera Dorada, obra de Diego de Siloé, resuelve magistralmente la angostura del espacio.
La arquitectura purista presenta una ornamentación más sobria; sus edificios son habitualmente monumentales y equilibrados, y sus elementos constructivos, mucho más clásicos. Destacan la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares y el palacio de Monterrey en Salamanca, ambas obras de Rodrigo Gil de Hontañón. Pero, la obra más destacada de este periodo se debe a Pedro Machuca, el palacio de Carlos V en Granada; se trata de un edificio de planta cuadrada que incorpora un patio circular con bóveda cancelar en su interior y con alternancia de órdenes superpuestos.
El soberano español Carlos V mandó cimentar junto a la Alhambra de Granada un edificio renacentista que sirviera de puerta al palacio Nazarí, era el Palacio de Carlos V. El edificio, de planta cuadrada, contiene un bello patio porticado circular rodeado por 32 columnas de mármol. El exterior del palacio mide 63 metros de lado por 17,5 metros de alto.